Una gran parte del personal de convenio del Ayuntamiento de Telde y de los programas de formación y alternancia con el empleo (Pfae) que se desarrollan en el municipio organizaron ayer una concentración en la plaza de San Juan y en el barrio de Jinámar para protestar por el retraso de la nómina de agosto. Casi un centenar de trabajadores esperaron durante la mañana una respuesta por parte del Consistorio, algunos incluso interrumpiendo su jornada laboral para asegurarse de que el problema (que llevan denunciando desde la semana pasada y que afecta aproximadamente a unas 400 personas) se resolvía durante el día.

El Ejecutivo Local, que excusó el retraso del pago de los sueldos a la baja de la tesorera municipal en el momento en que debían ejecutarse los ingresos, comunicó sobre las diez de la mañana a la plantilla que la Dirección General de Función Pública del Gobierno de Canarias ya había aprobado la designación de un tesorero accidental, por lo que el pago sería inminente. Los sueldos finalmente fueron ingresados tal y como se les comunicó, pero este hecho no evitó que los trabajadores manifestasen un profundo malestar por el suceso y las explicaciones tempranas no sirvieron para que se disiparan de la plaza del barrio histórico.Espera en la plaza

"Hasta que no veamos el dinero en la cuenta no nos lo creeremos", aseguraron algunos de los afectados al escuchar la noticia.

Los empleados acabaron esperando durante más de una hora para que el alcalde, Héctor Suárez, les recibiera en su despacho. La mañana terminó a las puertas de una cafetería cercana a las dependencias municipales, donde el mandatario se encontraba desayunando. Una veintena de trabajadores, que se habían separado del resto de manifestantes, esperó a que Suárez saliese del recinto para preguntarle directamente por el problema.

El alcalde atendió a los trabajadores y les reiteró lo que ya había notificado el Consistorio: las nóminas no habían sido ingresadas por la falta de un tesorero, pero tras la luz verde de Función Pública para una nueva designación se procedería inmediatamente al pago de los sueldos.

Sobre las 11.30 horas los trabajadores partieron más tranquilos tras la explicación directa de Suárez. Al mediodía retomaron sus puestos de trabajo, que habían decidido abandonar para protestar por su situación. "Necesitamos una solución inmediata", expresó Cathaysa Medina, una alumna del Pfae Domino 2.0, centrado en el aprendizaje en materia de informática, minutos antes de que se resolviese el asunto.

"El problema es que nos habían dicho desde la semana pasada que arreglarían todo el martes, pero no se realizó y por eso decidimos reunirnos todos en el Ayuntamiento y exigir una solución", explicó con visible enfado.

"Llevamos aquí desde las diez de la mañana y nadie ha salido a recibirnos, nos hemos enterado del asunto por los medios de comunicación", denunció Arminda Machín, empleada en el Programa de Formación de Soldadura. Junto a ella, compañeros de otros convenios y Pfaes como el de dinamización social o jardinería esperaron pacientemente dentro de las dependencias municipales hasta que decidieron buscar a Suárez para poner fin a la insufrible espera.

También en el barrio de Jinámar quisieron unirse a esta protesta y un total de 50 empleados de convenio organizaron durante la hora del descanso una concentración a las puertas del antiguo colegio situado en Eucaliptos I, en donde una parte del grupo realiza tareas de rehabilitación y adecentamiento.

"Hay gente que dice que no hemos tenido que esperar tanto, pero somos personas vulnerables y necesitamos el dinero cuanto antes para poder pagar la comida que le damos a nuestros niños; muchos hemos estado este tiempo viviendo de la caridad de otras personas, cuando hemos trabajado para recibir nuestro dinero", aseveró Marinieves Suárez, una de las afectadas. "Nosotros venimos de Servicios Sociales, no tenemos más medios que este trabajo", destacó preocupada.

A este encuentro también se unió el presidente de la asociación solidaria Corazón mano a mano, José Domingo, para solidarizarse con el problema.

De hecho, este vecino del barrio acudió a la concentración con sábanas blancas para que los empleados pudieran escribir sus quejas. Queremos cobrar y Es la comida de nuestras familias fueron los dos mensajes que quisieron transmitir durante la media hora del descanso. Asimismo, los empleados aseveraron que su deseo era poder asistir también al encuentro en la plaza de San Juan para hacer piña durante la protesta "pero entre que la mayoría no tiene medios para trasladarse hasta allí y que nos aseguraron que si dejábamos de trabajar nos descontarían el día, al final optamos por hacer nosotros nuestra propia protesta", aseguraron.

La alegría inundó la caras de los trabajadores cuando recibieron la noticia de que cobrarían en unas pocas horas.