La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La Pardilla propone tapiar el edificio abandonado e incendiado 14 veces

El inmueble soporta la entrada y salida constante de okupas en los últimos cinco años | El Ayuntamiento no encuentra al propietario para instarle al cierre

Edificio abandonado en la calle Petrarca Yaiza Socorro

La comunidad vecinal del barrio de La Pardilla ya no tiene dudas. Cada vez que desde sus residencias detectan el inconfundible olor a quemado o divisan humo saben a ciencia cierta que se trata de un nuevo incendio en el edificio de viviendas abandonado de la calle Petrarca, en el que ya se han generado por lo menos 14 en los últimos cinco años. Por este motivo, los residentes proponen a la administración local su tapiado

El inmueble soporta desde hace una década la entrada y salida de «macarras y okupas», como los llaman los residentes de la zona, que durante este tiempo han desvalijado poco a poco su interior y cometido sin descanso numerosos actos vandálicos, como la quema de los enseres y materiales rotos que se acumulan junto a la infraestructura. La madera de las puertas, los cristales rotos de las ventanas, escombros de hormigón y decenas de muebles y electrodomésticos inservibles se sitúan al final de la calle, como si de un vertedero se tratase, que han quemado una y otra vez. 

La humareda generada por las llamas ha sido motivo de numerosas quejas, pues en ocasiones han llegado a introducirse en los comercios que se ubican a orillas de la carretera principal del barrio (GC-101) e incluso ha llegado a verse desde la autovía de Gran Canaria (GC-1). La asociación de vecinos Las Mansas, dirigida por Elías Navarro, han solicitado en numerosas ocasiones a la administración local que realicen alguna actuación para cesar con el estado de inseguridad que sienten los vecinos con respecto a este edificio. Sin embargo, no es tan sencillo. 

Sin respuestas

Desde el Ayuntamiento de Telde aseveran que son conscientes de este problema, pero no cuentan con la potestad de solucionarlo de manera directa porque no poseen la propiedad del inmueble. En cambio, han intentado contactar con los dueños e instarles a que ejecuten alguna acción que garantice la seguridad ciudadana: cerrar los accesos (puertas y ventanas), derruirlo o rehabilitarlo. Sin embargo, aseveran que no han recibido respuestas.  

La administración local informa que actualmente el área de Urbanismo trabaja de manera coordinada con otros departamentos para analizar qué actuaciones pueden llevarse a cabo para mejorar la convivencia en esa zona. El problema es que no es la primera vez que prometen una solución. Ya a principios de 2020, desde el área de Limpieza anunciaron que si el propietario no se ponía en contacto, entonces el servicio de recogida de basura actuaría de oficio para retirar todos los enseres de esta zona.

El edificio fue construido hace aproximadamente diez años. Cuenta con tres plantas, que incluían una decena de viviendas cada una y un sótano destinado para el aparcamiento. Según recuerdan los vecinos de la zona, la estructura fue culminada por completo e incluso llegaron a ponerse en venta los pisos, pero nadie llegó a mudarse. 

Con el paso del tiempo acabó abandonándose por completo, lo que favoreció para que se convirtiese en un espacio perfecto para las prácticas vandálicas y los «trapicheos», como denunció hace ya tres años el partido político Izquierda Unida, que también reclamaban ya en ese momento por el cierre completo del inmueble. 

Incluso algunos vecinos a lo largo del tiempo han llegado a asegurar que se han acometido la prostitución en su interior. Esta situación recuerda a la que han vivido durante dos décadas los vecinos del barrio costero de La Garita con el centro comercial El Barco, un edificio que jamás llegó a abrirse al público y en el que también se provocaban incendios debido a la basura acumulada en su interior. 

En este caso, la institución local consiguió ejecutar una orden de tapiado, aunque no sin la insistencia de los colectivos vecinales de la zona, que destacaban los peligros que reunía la estructura abierta al situarse justo en frente un parque infantil. Cabe esperar que finalmente también sean cumplidas las peticiones de la comunidad vecinal de La Pardilla. 

Compartir el artículo

stats