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Telde

Dos empresas muestran interés en adquirir el centro comercial El Barco

Una de las compañías quiere instalar un supermercado en la planta baja

del edificio y la otra busca acondicionarlo para desarrollar ocio nocturno

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Centro comercial El Barco, abandonado en La Garita (Telde) Juan Castro

El centro comercial abandonado de La Garita podría ponerse por fin en marcha. Dos empresas han mostrado interés en comprar el inmueble para recuperarlo, pues jamás llegó a desarrollarse ninguna actividad desde su construcción. De hecho, ya hay proyectos sobre los futuros usos que podrá tener el edificio. Una de las compañías interesadas ha manifestado su intención de alquilar la primera planta del local a una cadena de supermercados si llegase a adquirirlo, y asimismo aprovecharía la parte superior para ubicar otros negocios comerciales.

Por otro lado, la otra entidad ha planteado la reforma del centro con el fin de acoger espacios de restauración tipo chill-out. Esta información fue trasladada por el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Telde, Héctor Suárez, a la junta directiva de la asociación vecinal Punto y Seguido durante una reunión mantenida en las instalaciones del colectivo el 25 de octubre.

El inmueble fue construido hace 20 años pero jamás llegó a inaugurarse y está abandonado

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El inmueble es propiedad del banco Santander, que lo puso a la venta hace cinco años por 1,05 millones de euros. La inmobiliaria Altamira lo ha promocionado durante todo este tiempo, así como el aparcamiento que posee en el subsuelo. Solicitan un total de 85.000 euros por las 19 plazas del garaje -4.500 euros cada una-, que cuentan con dimensiones de 11 metros cuadrados. En el portal señalan en el cuadro de condiciones espaciales que la construcción fue paralizada, por lo que carece del certificado final de obra y de la licencia de primera ocupación.

Suárez ha aclarado a este periódico que antes del verano una de las entidades solicitó una reunión con él para trasladarle su intención de comprar el edificio. «Primero tuve un encuentro con los responsables de esta empresa y después emplacé la reunión con los técnicos de Urbanismo», explica el concejal. La compañía preguntó a los expertos si consideraban que la infraestructura presentaba alguna dificultad por estar tanto tiempo cerrada, una información que precisaban antes de proceder a comprarla. «En la reunión se les trasladó que no había ningún problema, que el edificio cuenta con la clasificación oportuna para acoger una entidad comercial como la que ellos plantean», adelanta el edil. Por otro lado, hace apenas unas semanas que mantuvo otra reunión de similares características con otro grupo de interesados que buscan transformar el edificio y su entorno como un foco de ocio nocturno. «Ambos querían negociar con el banco la compra, pero ya no tenemos más noticias de esto», concluye el concejal.

La historia de este mamotreto comienza hace 20 años. Un grupo de empresarios impulsó un proyecto para convertir La Garita en uno de los centros neurálgicos del comercio del municipio de Telde. O por lo menos de su costa. El plan era sencillo: abrir un pequeño centro comercial frente a la playa. La infraestructura fue construida y bautizada más tarde como El Barco; sus dos plantas acogerían una decena de negocios de diferentes sectores que atraerían la atención de potenciales visitantes, de modo que mejoraría así el tejido económico del barrio. Pero esa era tan solo la teoría.

La realidad es que aunque el complejo fue completamente ejecutado, jamás consiguió la licencia para abrir sus puertas. Tres décadas más tarde continúa erigido en pleno centro del barrio, abandonado y expuesto a los actos vandálicos. Los vecinos de la zona han denunciado en numerosas ocasiones la peligrosidad que supone, pues se han producido derrumbes por su mal estado e incluso en ocasiones se ha prendido fuego a su interior. También se ha convertido en un foco de infección por el anidamiento de las palomas en su interior e incluso se han llegado a apreciar ratas. El Ayuntamiento tapió por última vez en abril todas las entradas del mamotreto para impedir que ninguna persona entrase para tirar basura o pernoctar, pero sigue constituyéndose como una lacra para la comunidad vecinal.

El complejo es propiedad del banco Santander y está puesto a la venta por un millón de euros

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Sin embargo, la noticia de una posible puesta en marcha ilusiona a la comunidad. Por otro lado, desde el colectivo vecinal Punto y Seguido sostienen que en la última semana procedieron a quitar la chapa de metal de la puerta de acceso principal para sustituirla por una nueva. «Desconocemos si esto significa que el edificio ya ha sido comprado o cual es el motivo de este actuación», declara el secretario de la asociación vecinal, Miguel Santana.

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