La enseñanza en las aulas del futuro: videojuegos, álgebra y tiendas virtuales

Los alumnos del Lomo de La Herradura recorren los pasillos de su instituto hasta llegar a la biblioteca, donde tras unas puertas blancas se esconde un espacio diáfano que hasta hace solo un año se limitaba a albergar las reuniones del claustro. Hoy se ha convertido en un aula que parece desafiar los conceptos tradicionales de enseñanza, donde la figura del profesor pasa a un segundo plano para primar la iniciativa del alumnado y demostrar que las matemáticas y la computación pueden aprenderse a través de juegos y retos. El proyecto, denominado Espacios Creativos, se suma a otras iniciativas puestas en marcha por el instituto que le han permitido alzarse con el Distintivo de Excelencia del Gobierno de Canarias junto a otros dos centros educativos de la Isla, el IES José Frugoni Pérez - La Rocha (Telde) y el IES Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria). 

El aula donde ahora juegan los estudiantes de los distintos cursos nació como un área de proyecciones a la que acudían los ponentes invitados, aunque con el tiempo empezó a utilizarse también para el profesorado. "Lo que pasa es que era un lugar demasiado diáfano y creíamos que estaba algo desaprovechado. Entonces surgió el proyecto de Espacios Creativos por parte de la Consejería de Educación y nosotros nos presentamos, aceptaron nuestro proyecto y nos cedieron algunos recursos, como una pantalla digital y, sobre todo, dotación económica para poder transformar este lugar en uno de los grandes espacios versátiles", explica el vicedirector, Pablo Alemán Falcón. 

En estos momentos conviven dos iniciativas en el aula, una de iniciación al pensamiento computacional y otra de matemáticas divulgativas. En la primera participan los estudiantes de Formación Profesional Básica de Informática, que hacen uso del programa Scratch para iniciarse en la programación. "Dos de los alumnos están haciendo un juego completo donde hay un personaje que ellos mueven mientras otro está persiguiéndoles y tienen que evitar ser alcanzados", explicó Claudia Jiménez, una de las profesoras de la formación, durante una de las lecciones. Su papel en estas atípicas clases consiste en dar unas pautas y asesorar a los estudiantes, que se ayudan entre ellos para resolver los problemas. 

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Las clases de matemáticas, por su parte, trasladan los números del papel a la realidad a través de objetos cotidianos. Y es que a los estudiantes "les suele costar bastante esta asignatura y lo que tratamos es que cuando los alumnos dicen que no ven las matemáticas tengan los recursos para que las puedan ver, tocar y manipular", explicó su profesora, Marta Guirado. "Se lleva implementando esta metodología desde hace tres años, pero este curso se lleva a cabo al 100% y los resultados académicos son mucho mejores", incide la docente. 

El instituto cuenta con una tienda virtual en la que los alumnos del Aula Enclave venden los abalorios que crean

La idea convive con otros proyectos existentes en el centro, como el que llevan a cabo en el Aula Enclave, es decir, aquella destinada a estudiantes con necesidades educativas especiales, a través de una tienda virtual en la que venden las velas, tazas y marcapáginas que realizan, entre otros abalorios. Estos alumnos cuentan con un espacio equipado con cocina, pupitres adaptados y zonas de descanso exterior. También tienen la opción de practicar baloncesto en el patio escolar con los entrenadores del Granca para después competir en ligas interinsulares. 

El instituto completa estas iniciativas con otras actividades que llevan a cabo regularmente, como una radio escolar, lecturas en la biblioteca, visitas de autores o jornadas educativas junto a las familias. 

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