Entrevista | Rubén Galán Torres Profesor del IES José Frugoni Pérez (La Rocha)

Rubén Galán, nominado a mejor docente de España: "La clase tradicional está obsoleta y siempre lo estuvo"

El método del docente para impartir clases de Historia en el IES José Frugoni Pérez (La Rocha) le ha permitido ganarse el interés de sus alumnos, que han propuesto su nominación a los premios Educa Abanca

Sus lecciones, que rechazan lo tradicional, limitan los minutos de explicación teórica e incorporan debates con los estudiantes y tareas voluntarias

Rubén Galán Torres frente al IES José Frugoni Pérez (La Rocha), donde imparte clases de Historia.

Rubén Galán Torres frente al IES José Frugoni Pérez (La Rocha), donde imparte clases de Historia. / ANDRES CRUZ

Benyara Machinea

Benyara Machinea

¿Cuántos años lleva dando clases de Historia en La Rocha?

Este año fue mi sexto curso y he estado todo este tiempo en La Rocha, salvo un año en el IES Agustín Millares Sall, de Jinámar.

¿Cómo despierta el interés de un grupo de adolescentes por acontecimientos como la Revolución Industrial?

Despierto su interés de dos maneras. La primera, y creo que la más importante, es empatizar con ellos. Cuando tú te pones en la mente de un adolescente y entiendes porqué hace las cosas y siente lo que siente, es mucho más fácil llegar a ellos. Si tú te presentas como una forma de autoridad y con una actitud autoritaria e imponiendo, lo que despiertas en ellos es rechazo. En segundo lugar, es intentar conseguir que lo que tienes en clase lo apliquen en su vida, lo que se llama el aprendizaje significativo. Por ejemplo este año, con alumnado de entre 14 y 15 años, les hemos enseñado cómo funciona el Estado. El proyecto que tenían que hacer durante tres meses era crear un estado propio con su legislación. Trabajamos el sistema sanitario y partimos de la película John Q, con la que reflexionamos sobre qué es la sanidad pública, la privada, qué diferencias hay, qué significa la seguridad social, y el alumnado de 14 y 15 años, que antes oía estas palabras en las noticias y no las comprendía, empieza a entenderlas y a formarse su propia opinión, así que empieza a hablar con los adultos en términos de igualdad.

¿Qué forma tiene de arrancar sus clases?

Tiro mucho de debate. Creo que es importante oír al alumnado así que trabajo mucho así. La clase tradicional, en la que vienes, sueltas el rollo y te marchas, está totalmente obsoleta y lo estuvo siempre. Todos los que hemos estudiado recordamos una clase con un profesor que pasa 40 o 50 minutos hablando, en la que nos distraemos y empezamos a pintar en la libreta. Pues con los adolescentes de hoy en día es lo mismo. No funcionan ese tipo de clases. Parece fuerte y un poco chocante, pero como mucho hay que hablar 10 o 15 minutos y el resto dedicarlo a otras cosas, que pueden ser debates, juegos u otro tipo de actividades, pero siempre con el enfoque de que lo que estamos trabajando en clases les sirva para el día a día. 

"¿Qué sentido tiene mandar deberes cuando te los hace una máquina?"

¿Es necesario buscar nuevos métodos para adaptarse al ritmo de los alumnos?

La clase magistral lleva obsoleta desde el siglo XIX o incluso antes. Es necesario otro tipo de cosas. Ahora mismo todos tenemos un móvil en la mano y podemos consultar enseguida las dudas que tenemos en internet. Cuando tenemos todo el conocimiento humano en la mano, ¿qué tenemos que trabajar en clase? A lo mejor tenemos que idear procedimientos para manejar esa información. Algo que antes me daba muchísimo miedo, pero en lo que empecé a reflexionar con el tiempo, son los deberes. Hay estudios que dicen que no funcionan, aunque yo soy un poco más escéptico y creo que depende del tipo de tareas. En matemáticas, por ejemplo, las ecuaciones necesitas practicarlas, pero muchas veces las tareas son procesos mecánicos y consisten en buscar una frase en un libro. Ahora existe el ChatGPT, que copias los deberes ahí y te los hace automáticamente. Eso es real. ¿Qué sentido tiene mandar deberes cuando te los hace una maquinita? El paso que he dado es que yo no mando deberes, yo propongo deberes. Explico la tarea que me gustaría que hicieran en casa y lo bueno que resultaría para el alumnado hacerla. Después no valoro ni positiva ni negativamente que lo hayan hecho, aunque sí que les doy una palmadita en la espalda. La realidad es que funciona mucho mejor que mandarlos y hay un número considerable de alumnos que lo hacen. 

¿Por dónde cree que pasa el camino para limitar el abandono escolar?

El abandono escolar es un drama social, no solo para el alumno. Una persona con estudios o con títulos tiene unas expectativas laborales y vitales importantes. En cambio, una persona que abandona la escuela, no tiene luego espectativas y puede convertirse en un problema. No solo de él, sino de la sociedad en su conjunto. Ojalá tuviera una varita mágica para resolverlo, pero no es así, lo que sí tengo son algunos trucos. El primero es que el alumnado entienda que lo que trabaja en clase le es útil para la vida. No todo son estudios formales, como bachillerato o la universidad. Hay más opciones de tipo práctico, como la formación de FP, que son igual de válidas. Otro de los problemas que veo que influye lo tenemos los propios adultos, que a veces metemos la pata con todo nuestro cariño. Frases del tipo "eres un gandul" generan mucho desánimo en el alumnado porque la palabra "eres" hace referencia a su esencia, algo que no puedes cambiar. Sin embargo, con otros enfoques, como "esta actitud que tienes ahora no es positiva o no es adecuada", es diferente porque no te enfocas en la persona sino en el acto. A veces somos los propios alumnos y profesores los que tenemos que reflexionar sobre cómo nos dirigimos al alumnado o qué mensajes transmitimos. 

Usted está nominado como mejor docente de España en los premios Educa Abanca, una candidatura que eligen los propios alumnos. ¿Le sorprendió su elección?

Algo me olía porque el alumnado cuenta todo y ya me había llegado lo que estaban haciendo. Lo más bonito es que es el propio alumnado el que te elige para ello. Mi alumnado me propuso y se ve que fue un buen puñado de ellos y que propusieron cosas muy bonitas porque pasé a la siguiente fase. Ahora quedamos unos 20 en cada categoría. Además, es realmente significativo que me hayan propuesto porque los papeles para proponer a alguien son bastante engorrosos e, incluyen, entre otras cosas, pedir un certificado al centro de que estudias allí y escribir una carta. Este papeleo lo tienen que hacer durante el recreo, lo que significa que cada alumno que me propuso estuvo dispuesto a sacrificar un recreo por un profe y eso lo hace precioso. Ojalá llegue más lejos y consiga el galardón, pero para mí ya tengo el premio solo con ese reconocimiento. 

¿Cuál es la parte más satisfactoria de su profesión?

Para mí, ver que mi antiguo alumnado alcanza sus metas o supera sus dificultades me encanta. En el tiempo que llevo dando clases, mis alumnos han superado estudios universitarios, están trabajando, y verles evolucionar desde pequeños hasta este punto me llena totalmente. 

Más allá de su carrera educativa, muchos profesores se animan a publicar libros vinculados a su campo de enseñanza. ¿Es su caso?

Sí, yo escribí un libro hace unos años que está descatalogado, titulado Los Simpson en la Historia, y explicaba a través de episodios de la serie cuestiones históricas. Ahora mismo también estoy escribiendo una novela sobre un capítulo importante en mi vida docente, que me cambió bastante la vida y la manera de pensar. La trama gira acerca de dramas y problemas de los adolescentes que les afectan en su vida diaria. 

"Cada alumno que me propuso estuvo dispuesto a sacrificar un recreo por un profe y eso lo hace precioso"

El IES José Frugoni Pérez (La Rocha) es uno de los institutos de Canarias que más premios educativos acumula cada año. ¿Dónde está el secreto?

El secreto está en la convivencia en positivo. Esto implica centrarse más en los éxitos que en los fracasos y, lo que decía antes, más en la actitud puntual que en el "eres". La actitud se puede cambiar, pero la personalidad queda marcada. Si lo emocional va mal, es imposible que lo académico vaya bien. Hay que atender primero a los problemas emocionales y luego a los académicos. Además, en La Rocha el profesorado, los alumnos y las familias están muy implicadas en los proyectos y así todo va sobre ruedas. 

¿Cómo te estás preparando ahora para el comienzo del nuevo curso académico?

Con muchísima ilusión. Aunque parezca mentira y muchos me tirarían huevos por lo que voy a decir, yo tengo ganas de que llegue el 1 de septiembre y volver a clase. Más aún con este reconocimiento que me han dado los alumnos. 

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