La falta de vigilancia permite que los manteros se apropien del mercadillo de Jinámar

Puesteros y usuarios se quejan de la proliferación de puntos de ventas irregulares cada domingo

El Ayuntamiento anuncia que incrementará el control de este espacio para garantizar la seguridad y el adecuado desarrollo de la actividad comercial

Imagen de uno de los puestos ilegales instalados en el mercadillo de Jinámar

Imagen de uno de los puestos ilegales instalados en el mercadillo de Jinámar / LP / DLP

La falta de vigilancia policial y de control municipal en el Mercadillo de Jinámar, en Telde, ha favorecido que cada domingo se llene de manteros y puesteros que no cuentan con el permiso pertinente, lo que está ocasionando las quejas de los usuarios y de los propios comerciantes.

El presidente de la asociación La Solidaridad, Juan Medina, denuncia que "los manteros y los puesteros ilegales están invadiendo el espacio debido al descontrol", lo que a su juicio no solo está afectando a la imagen del mercadillo, sino que está generando malestar e inseguridad, y exige al Ayuntamiento de Telde que tome medidas urgentes para poner freno a esta situación que se ha ido enraizando con el paso del tiempo.

Sin control sanitario y de seguridad

Medina añade que "el Ayuntamiento no ha hecho los deberes" no solo con los puestos que cada domingo se instalan sin permiso, "sino en el control de las medidas sanitarias y los protocolos de seguridad, en un momento en el que Canarias está en el nivel 4 de alerta por amenazas terroristas". Asegura que "no hay ningún obstáculo que garantice la seguridad de las 1.000 o 2.000 personas que pueden coincidir a la vez en este mercadillo, ya que cualquier coche o camión puede entrar y arrasar con todo".

Uno de los puestos fuera de ordenación del mercadillo de Jinámar

Uno de los puestos fuera de ordenación del mercadillo de Jinámar / LP / DLP

Con él coincide uno de los puesteros, que prefiere mantener el anonimato por miedo a las represalias, que añade que "tampoco hay zonas de evacuación o salidas de emergencia y los vehículos obstaculizan los accesos", algo que dificultó mucho "que una ambulancia saliera hace dos años con una señora a la que le había dado un infarto en la zona".

Cerca de la iglesia

Sara Jiménez es una de las comerciantes que cada domingo instala su puesto en Jinámar. "Mi zona es tranquila, pero cada domingo me llegan comentarios de los incidentes que se producen más abajo, más cerca de la iglesia". Este es el lugar donde más puestos irregulares se instalan, "sobre todo en fechas señaladas como Reyes, aunque todas las semanas hay". Uno de los problemas, además de los enfrentamientos que se dan con los encargados, "es que cuando a la semana siguiente el cliente viene a hacer un cambio, a lo mejor no está y nos lo reclaman a los que estamos siempre".

Fotos cedida por un usuario en la que se observa uno de los puestos ilegales

Fotos cedida por un usuario en la que se observa uno de los puestos ilegales / LP / DLP

Esta situación, apunta Jiménez, "afecta a la imagen del mercadillo y hace que las personas que pasean por aquí se sientan inseguros".

Por este motivo, los comerciantes y usuarios reclaman una mayor presencia policial y control por parte del Ayuntamiento. En ese sentido, la concejala de Mercados, Carmen Batista, asevera que la institución “no permitirá que la actividad en el mercadillo de Jinámar se lleve a cabo fuera de la legalidad, por lo que se reforzará la vigilancia para que la ordenanza municipal que regula los mercadillos se cumpla en su totalidad y solo puedan vender en el mismo las personas autorizadas para ello”. Asimismo, asevera que “se pedirá la documentación pertinente y, en caso de carecer de ella, tendrán que desmontar, con el fin de que este tipo de irregularidades se dejen de producir”.

“Desde la institución local velamos para que esta actividad tradicional del pueblo de Jinámar no solo se realice dentro de la legalidad y con garantías de seguridad para los vendedores que cumplen la ley y para los ciudadanos que acuden a comprar, sino que, además, mejore con el paso del tiempo y se convierta en un mercadillo referente en la Isla. En eso trabajamos actualmente y estamos seguros de que pronto será una realidad”, concluye la concejala.

Mejoras de las infraestructuras

Las quejas de usuarios y comerciantes incluyen, además, la necesidad de la mejora de las instalaciones, en especial los baños. "He visto muchas veces a la chica que los limpia cargar con baldes de agua para tirarla en el inodoro", afirma Jiménez, mientras uno de los usuarios asegura que algunos "están ocupados por material de puesteros que los usan como almacenes".

Imagen del mercadillo de Jinámar

Imagen del mercadillo de Jinámar / LP / DLP

También reclaman la instalación de bancos y zonas de sombra que estaban incluidos en un proyecto elaborado por la Concejalía de Mercados y que había sido consensuado con los puesteros, y que contaba con una subvención de 350.000 euros.

Un vecino de Jinámar que habitualmente acude a este espacio, critica, por otro lado, la falta de control sanitario. "Aquí se vende comida y nadie usa mascarillas, ni guantes, y la gente acude con sus perros. Además, cuando termina la jornada, dejan la basura en el mismo lugar o en los alrededores de los contenedores".