Pequeños peces que habitan en cuevas de ríos, lagos y estanques al noreste de México han desarrollado un léxico propio, formado con los sonidos que emiten para comunicarse. Este acento es único para cada cueva, probablemente como resultado de una deriva genética aleatoria.

En el noreste de México, grupos de pequeños peces ciegos que habitan en cuevas de ríos, lagos y estanques, han desarrollado acentos específicos para comunicarse. Algunos individuos, incluso, son portadores de características sonoras individuales.

Lo ha descubierto un equipo de ictiólogos dirigido por Carole Hyacinthe, de la Universidad de Harvard, que se ha centrado en una especie de pez que depende de la comunicación sonora.

Son los tetras mexicanos (Astyanax mexicanus), que habitan en Estados Unidos y México. Aunque los tetras suelen vivir en ríos y lagos, unas 30 poblaciones de esta especie han dominado las cuevas de la región.

Se cree que cada una de las crestas montañosas de esta orografía tiene su propia línea evolutiva de tetras, que con el tiempo pasó a la vida cavernícola.

En la luz y la oscuridad

Existen dos tipos de tetras: uno vive en ríos bañados de luz y gozan de buena visión, y otro que es ciego, su cuerpo es transparente y empezó a evolucionar en cuevas hace unos 20.000 años.

Todos los tetras mexicanos utilizan el sonido para comunicarse, tal como hacen muchos peces. Producen al menos seis sonidos distintos, aunque su significado ha cambiado entre los habitantes de las cavernas a medida que se adaptaron a vivir en la oscuridad.

Hyacinth y sus colegas habían descubierto en anteriores estudios que, en los individuos de las poblaciones de superficie y los habitantes de las cuevas, las señales de los tetras tienen significados diferentes y se utilizan en situaciones distintas.

La nueva investigación ha profundizado en esta comunicación y ha descubierto que también es diferente según la cueva en la que habita cada especie de tetra mexicano. Cada cueva tiene un dialecto único.

44 horas de conversaciones

Llegó a esta conclusión después de analizar 44 horas de comunicaciones de peces registradas en seis cuevas diferentes, repartidas en las tres cadenas montañosas donde se cree que la colonización de los tetras tuvo lugar de forma independiente.

El equipo se centró en los clics únicos y en los clics repetidos, los dos sonidos más utilizados para comunicarse. Compararon un rango de valores acústicos, incluida la duración de cada clic, el tono y la velocidad a la que se produjeron varios clics en secuencia.

Descubrieron que los clics eran relativamente altos en una cueva, mientras que eran profundos y retumbantes en otra cueva. Los peces que habitaban una tercera cueva emitían chasquidos hasta 10 veces más rápido que en otras cuevas, mientras que, en una cuarta cueva, los chasquidos eran más prolongados.

Por último, descubrieron que, en una quinta cueva, habitada por poblaciones híbridas de peces de superficie y cavernícolas, los sonidos eran más variados que en otros lugares.

Evolución independiente

Analizando esas comunicaciones en su conjunto, los investigadores concluyeron que los sonidos que usan los peces tetras mexicanos para comunicarse han evolucionado de forma independiente y que dependen de la proximidad física entre los diferentes tipos.

Asimismo, mediante un análisis estadístico de las grabaciones, los investigadores comprobaron que hay patrones sonoros de comunicación para cada una de las cuevas en las que habitan los tetras mexicanos.

No se investigó si pasaba lo mismo en las poblaciones de estos peces que viven en la superficie. Los autores tampoco lograron vincular las diferencias en los sonidos de los que viven en cuevas, con el tamaño de los peces o con sus lazos familiares.

Los diferentes acentos apreciados en estos peces son probablemente el resultado de una deriva genética aleatoria, explica Sylvie Rétaux de la Universidad de Paris-Saclay, coautora del estudio, en declaraciones a NewScientist.

Eventualmente, especulan los autores, las dificultades de comunicación podrían contribuir a la especiación. “Tal vez después de un millón de años se habrá desviado tanto que ya no podrán entenderse”, considera Rétaux.

Referencia

Acoustic signatures in cavefish populations inhabiting different caves. Carole Hyacinthe et al. bioRxiv, March 30, 2022. DOI:10.1101/2022.03.29.486255v1