De las múltiples estrategias de renovación por las que están apostando los destinos maduros de todo el mundo, aquellos con más de treinta años de existencia, hay un modelo que está dando buenos resultados: la residencialización. Es un concepto que no termina de definirse correctamente en Canarias y que supone, en definitiva, una apuesta por la nueva ciudad turística, entendida como un núcleo urbano en el que conviven los residentes locales con los extranjeros sin que la actividad turística prime sobre las necesidades de los habitantes del lugar.

Miami o Torremolinos son claros ejemplos de este modelo fuera y dentro de España. En Canarias, Puerto de la Cruz está dirigiendo también su proceso de renovación hacia la revalorización de la ciudad. Las condiciones naturales y dinamismo socioeconómico de este enclave tinerfeño atrajeron a partir de los años sesenta no sólo a numerosos turistas, sino a inversores de distintos países como Wolfgang Kiessling.

El propietario del Loro Parque retiene el recuerdo de que "el ambiente que se respiraba entonces en el Puerto de la Cruz era expresión de un negocio que se encontraba en plena ebullición, que se movía con ganas y energía. Yo quería participar en él. Estaban el sol, el aire y el mar, pero también había mucho dinamismo y bullicio", señala.

Recuperar al turista y al inversor es uno de los objetivos que se ha marcado el Consorcio de Rehabilitación. Su gerente, Fernando Senante, explica que el "Plan de Modernización y Mejora se ha planteado no sólo la necesidad de rehabilitar la planta alojativa y los espacios públicos o crear nuevas infraestructuras que dinamicen de nuevo la actividad de Puerto de la Cruz, sino que contiene también un nuevo posicionamiento como destino".

Turismo urbano

"Tras un análisis detallado y en profundidad", añade el arquitecto y coordinador Luis Falcón, comprobaron "que se vendía como un destino de sol y playa, cuando sus principales fortalezas son sus espacios verdes, su localización en la isla, su historia y su cultura". Y el diagnóstico concluye señalando que "ha habido una confusión entre la apuesta por la ciudad y la cultura, la apuesta por la playa y la apuesta por la naturaleza, cuando el secreto de este destino está en la inteligente combinación de todos estos recursos".

El turismo urbano está en auge, con un crecimiento en Europa en los últimos cinco años del 15%. De ahí que muchos destinos tradicionales de descanso estén derivando hacia una oferta que atrae a un buen número de viajeros, tanto jóvenes que buscan participar en el dinamismo de la ciudad como personas mayores que apuestan por aquellos otros núcleos que siendo urbanos, ofrezcan tranquilidad.

"Las ciudades se están convirtiendo cada vez más en destinos turísticos, porque no hay nada más entretenido que una ciudad desde el punto de vista del ocio. Es un modelo de residencialización de un destino muy válido" para conseguir ese cambio, explica Luis Falcón. Y añade que "un ejemplo claro en España es Torremolinos, que ha sabido combinar lo turístico y lo urbano, apostando más por la ciudad que por los turistas".

"En Miami hay edificios con ocho plantas turísticas y cuatro residenciales, y se mezclan sin problema. Ese modelo que combina el residencial y el turístico en España es imposible. Yo creo, de verdad, que hay pocos sitios con la calidad de clima que tiene el Puerto, aunque tenga menos sol que el sur" de Tenerife, explica por su parte el expresidente de la patronal turística de la provincia occidental, Ashotel, Pedro Luis Cobiella.

Tampoco la nueva ley turística aprobada recientemente por el Parlamento de Canarias resuelve la posibilidad de que esta oferta se desarrolle en el Archipiélago, al considerar la residencialización no como un producto, sino como un problema de ocupación de las zonas turísticas por parte de los residentes canarios.

Sin embargo, otras localidades de España, sobre todo de Cataluña, están sabiendo impulsar este tipo de oferta de estancias de larga residencia para turistas que huyen del frío de sus países de origen, y a la que se está incorporando de forma muy significativa el imparable turismo ruso. En la actualidad, representa el mejor modo de renovar un destino promoviendo la integración de la sociedad local con los nuevos residentes foráneos.