Tres paradas fundamentales de Andrés Fernández, un gol de Roberto Soriano en el minuto 81 y la eficacia del Villarreal, superviviente casi todo el duelo y ganador al final, provocaron un frenazo inesperado del Atlético de Madrid, mejor todo el duelo, ambicioso, insistente, sin gol y sin puntos este martes. Una derrota imprevisible que provoca que el conjunto de Simeone, salvo que el Sevilla pinche mañana ante el Celta, visitará el sábado a la UD Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria con la tercera plaza todavía abierta.

El Atlético propuso y atacó, el Villarreal defendió. Todo dentro de las previsiones, muy similares al partido de hace una temporada en el mismo escenario, con 0-0 entonces, con 0-1 este martes, pero con diferencias sustanciales: el equipo rojiblanco creó ocasiones de sobra para haber ganado.

Desde ese ejemplo construyó su planteamiento el Villarreal, desde ese precedente salió avisado el Atlético, que ha entrado en el tramo decisivo del curso con toda la determinación del mundo. Desde la convicción que dan los resultados, se ha rearmado en todo, en cada sector, sea cual sea la idea del partido y sea cual sea el rival.

Lo traslada al campo, cuando lo contempla desde una prioridad defensiva o cuando debe asumir la responsabilidad con el balón, como este martes, cuando se encontró el Villarreal compacto que preveía, pero lo abordó con las ideas muy claras: fino, preciso y veloz con la pelota; concentrado, intenso y riguroso sin ella. Le faltó gol.

Porque sí le dio para borrar casi todo el partido al Villarreal, intranscendente en el otro área, pero no para ponerse en ventaja ni en el primer tiempo ni en el segundo. Ni siquiera para sumar algún punto en un duelo en el que siempre apuntó al triunfo.