Correr como salvajes. Dejarse la piel hasta la última décima de segundo. Un pulso contra el dios Crono. "Nuestro enemigo es el tiempo", repetía Jémez en su presentación. En su primera batalla, ante un Valencia imperial, con artistas de la velocidad y la precisión como Santi Mina, Guedes o Zaza, estalló el coraje y el registro más temperamental de Paco Jémez. Un equipo suele ser la imagen e impronta de su entrenador. De la pasividad y la falta de determinación de Manolo Márquez se viajó a la 'dekadencia' con 'K' de Pako Ayestarán. Luego llegó la autogestión, elevada a los altares tras domar al Betis de Setién, como reclamo de urgencia.

Con el cuarto inquilino del banquillo amarillo al mando, el abonado ahora sí respira aliviado. Pase lo que pase, hay un entrenador al mando de la nave. El galeón no navega a la deriva por el Atlántico. El sargento de hierro no quiere medias tintas. Exige valor y compromiso con los valores fundamentales de la nueva era. Es la nación del látigo.

Raza, pundonor, disciplina, compromiso...El regreso de Paco Jémez al banquillo de la UD Las Palmas -2.053 días después de aquel 26 de febrero de 2011, que puso fin a su primera etapa amarilla ante el Granada en Los Cármenes- dejó en el verde el coraje del colista. En la ida de los octavos de final de la Copa del Rey, ante el Valencia de los 100 millones de euros de presupuesto, el cuadro grancanario se adelantó con un tanto de Jonathan Calleri tras una asistencia de Borja Herrera. Dejó un primer acto esperanzador, como un desplome enigmático en el segundo tiempo.

Fue el estreno de Gálvez, que alcanzó el notable, junto a Bigas en el eje central de la zaga, y el de la reaparición de Leandro Chichizola -vuelve la pugna y el debate a la portería amarilla-. El torneo del 'KO', tras solo una semana de trabajo, muestra las prioridades de la 'fórmula Jémez'. Contundencia, ritmo y una presión sanguinaria.

Con las reservas propias del debut -aumentar las conclusiones sería el mismo error que coronar a Paquito por su triunfo ante el Betis, ya que luego llegaron las tinieblas- y de solo computar una semana de trabajo, Jémez ha sorprendido a la crítica. Se esperaba una UD poética, amante del toque y esclava de un sello estilista. Del aroma combinativo se salta a una legión de depredadores. Es la fase previa. Los primeros 45 minutos ante el Valencia de Uría -con Marcelino convaleciente- son la brújula de un proyecto instalado en el caos. Pero con Jémez, vuelve la disciplina. Presionar a los centrales del Valencia Garay y Vezo

Solo fueron 45 minutos de manifiesta superioridad ante el Valencia del torpedo Zaza, esta UD promete intensidad. Faltaban los refuerzos de Gaby Peñalba o Jairo, que podrían estrenarse en el segundo partido de 2018 y de la segunda batalla de la 'era Jémez' ante la SD Eibar. Además, se confirma el olfato de Jémez como director deportivo. Un primer paso de impacto. Tablas y aún restan 21 duelos de Liga y la vuelta de la Copa del Rey. Bienvenidos al planeta Jémez. Si no sudas, si no corres como un depredador: estás sentenciado.