"Estoy como una moto. Desde que se supo que dejaba Grecia me han llamado tres equipos, a dos he dicho no [uno de ellos es el Extremadura]. La UD es el único equipo que me ilusiona y es un reto. Tengo muchísima ilusión". Paco Herrera es un volcán de energía positiva. A sus 64 años, y con dos ascensos a Primera -conquistados con el Celta de Vigo y UD Las Palmas-, afronta un nuevo reto profesional en la categoría de plata. Su gran banco de pruebas. El preparador catalán, afincado en Mérida, contabiliza 444 encuentros en Segunda. Abandonó la disciplina del Aris de Salónica y llega con Ángel Rodríguez y el Turu Flores en su equipo técnico de trabajo. El empate de ayer de la UD ante el Granada (2-2) provocó el despido de Manolo Jiménez en la 14ª jornada de la competición. El costalero fue devorado por el síndrome del Ferrari. No supo dirigir y llevar un vehículo de alta gama con 19,2 millones de euros de tope salarial.

Apuesta por un juego combinativo pero luciendo fortaleza defensiva. Su propuesta en el Celta de Vigo (subió en 2012) fue perfecta con 85 puntos y 83 goles. Aspas fue el referente con 23 tantos. Y en la 2014-15, con Araujo (22 goles) y Jonathan Viera (6 goles), de estrellas, besó la gloria tras eliminar al Real Zaragoza en la final de la vuelta del playoff de ascenso. En la categoría de plata, ha trabajado en el Badajoz, Numancia, Mérida, Albacete, Poli Ejido, Recreativo de Huelva, Castellón, Villarreal B, Celta de Vigo, Zaragoza, UD Las Palmas, Valladolid y Sporting. El artífice de su contratación ha sido el presidente Miguel Ángel Ramírez, que fue categórico al justificar la salida de Jiménez: "Los resultados mandan". Herrera, tras poner fin a su aventura en Grecia, no dudó en volver a la Isla. "Le llamé y ya viene, no ha tenido tiempo ni de dejar la maleta. Está en Barcelona y viene mañana [hoy para el lector]".