El Día 1 del renacer de Las Palmas y su nuevo camino para lograr el ascenso es hoy (19.30 horas, Día 1LaLigaAquí viene a parar la UD de Paco Herrera, que redebuta en el banquillo isleño tres años, un mes y cuatro días después de que fuera destituido, en la búsqueda de una identidad, de algo que la identifique. "Que sea reconocible", como afirma el técnico catalán. Lo que vino a decir, sin decirlo, es que quiere que su equipo, de una vez por todas y para siempre, sea el protagonista.

En esa premisa se ha centrado el preparador en sus primeros días de mandato de su segunda etapa, más allá de sistemas y de nombres, de los que no quiso hablar. Salvo de uno, Tanausú Domínguez Tana, a quien reveló como titular para, con suma inteligencia, cerrar un debate abierto años atrás. Por lo demás, se sabe que Araujo, desterrado en la banda y asfixiado por realizar labores que no debían haberle correspondido, volverá a acercarse al área, donde es más determinante, para acompañar a Rubén Castro.

A partir de ahí, se abre el abanico de posibilidades, aunque no se esperan grandes sorpresas salvo el regreso al once de Fidel. Por lo probado durante la semana y el recuerdo del pasado, Javi Castellano, indiscutible en el último ascenso, formará en el doble pivote junto a Timor, con el onubense por la derecha y el de San Cristóbal por la izquierda. Arriba, el Chino y el Moña, por fin juntos. Y atrás, Deivid y Mantovani parten con ventaja sobre David García, recuperado a tiempo pero falto de ritmo. Lemos, sin competencia, es el lateral derecho, mientras que De la Bella es el favorito para el izquierdo.

Se trata de la primera representación del grupo de Herrera, por lo que ha pedido paciencia. Para ser más precisos, "dos o tres semanas", con el objetivo de dibujar al fin ese equipo reconocible que pretende construir, ya con un sistema y nombres concretos.

De la UD Las Palmas que pasó por La Tacita de Plata para disputar el Trofeo Carranza el pasado verano no queda casi nada, ni siquiera su entrenador, despedido el pasado viernes tras cosechar su cuarto empate consecutivo y sumar un partido más sin ganar -sólo uno de los últimos ocho-, a pesar de no haber tenido nunca al equipo fuera de los seis primero puestos. A la intuición del presidente Ramírez de que el pasado bueno tendrá un futuro igual o mejor se agarra el cuadro amarillo en su devenir.

La ciudad, rara, pero feliz

La ciudad está rara. En pleno periodo de entreguerras, entre el verano y el gentío que eso supone y que ya quedó atrás, y mientras las agrupaciones apuran los últimos días para inscribirse y participar en el Carnaval que está por venir, llega de visita un equipo que busca una careta nueva que sea, al mismo tiempo, definitiva. No la mostrará en el Gran Teatro Falla, sino en el Ramón de Carranza, a menos de cinco kilómetros de distancia, pero a los que los propios gaditanos unen en su sentimiento de lugareños.

Al menos, está feliz. Su club, que sí tuvo la paciencia de no echar a su entrenador a pesar de verse antepenúltimo hace menos de un mes, ha subido como la espuma gracias a cuatro triunfos consecutivos y cinco jornadas sin perder. Álvaro Cervera terminó por construir ese bloque que quiere que sea su equipo: solidario, sólido, vertical. Gracias a eso y al gran estado de forma de Salvi o el canterano Manu Vallejo el Cádiz ha resucitado.

El de esta noche será un duelo de estilos. De un lado, la UD, que querrá tener el balón y llevar el peso. Del otro, el cuadro andaluz, que pretenderá presionar y salir a la contra. Y también habrá un choque de refranes: entre el que dice que Las segundas partes nunca fueron buenas y el que asegura que A entrenador nuevo, victoria segura.