Al final, no hay partido. No se juega el Reus Deportiu-UD Las Palmas. La cita entre ambos, que había tener lugar hoy a partir de las 19.30 horas en el Camp Nou Municipal, quedó aplazada por una decisión del Juez de Disciplina de la Liga de Fútbol Profesional: excluir al club catalán de la competición hasta que se resuelva el expediente abierto a la entidad por impagos a los jugadores, algo que sucederá en el plazo máximo de cinco días.

Esa fue la resolución definitiva, sin embargo, la sucesión de acontecimientos a lo largo del día llevaron al equipo a viajar con la convicción de que el encuentro se iba a jugar para luego, nada más aterrizar, dar media vuelta ante la certeza definitiva de la suspensión del choque. Porque, en principio, el balón iba a rodar.

Al mediodía, poco antes de que el avión partiera hacia Barcelona, la Federación Española de Fútbol había hecho pública una resolución en la que desestimaba la petición de los futbolistas del Reus de aplazar el choque, algo que habían solicitado el jueves. Según la orden del organismo que rige el fútbol español, por tanto, el partido debía jugarse.

Por eso la expedición de la UD Las Palmas viajó a la capital catalana a las 15.20 horas, sin embargo, mientras volaba a la ciudad condal -el presidente Ramírez se enteró incluso antes del cierre de las puertas de la aeronave-, LaLiga anunció que, en definitiva, privaba al Reus de sus derechos de participación en la competición con el objetivo de preservar la pureza de la misma.

La resolución del Juez

El acuerdo del Juez de Disciplina de LaLiga, al que tuvo acceso Iusport, establecía entre otras cosas "suspender hasta la resolución del presente expediente el derecho del Reus de participar en la competición profesional".

El argumento principal, el siguiente: "De acordarse ahora la medida de suspensión del derecho del Reus a participar en la Liga 123 se produciría una -casual- situación de aparente simetría, igualdad y justicia, puesto que de terminar el expediente sin sanción o con sanción distinta del descenso o expulsión de la competición, el Reus jugaría íntegramente la segunda vuelta, y de terminar con dichas sanciones, no se jugaría la segunda vuelta, aplicándose a los demás participantes por igual el reglamento Federativo y las normas sobre atribución de puntos".

Dicho en otras palabras, el Juez de Disciplina entiende que debe excluir al Reus mientras resuelve el expediente abierto al club catalán. Tanto si acepta las conclusiones del Juez instructor, que pide la expulsión del Reus de la competición durante cinco años y una multa de 250.000 euros, como si no -en tal caso seguiría en LaLiga 123 y se buscaría una fecha para el choque ante la UD-, todos los clubes empezarían la segunda vuelta en igualdad de condiciones.

En vista de la decisión del Juez, la Federación acabó por suspender el choque de manera cautelar. La UD corría el riesgo de no ganar hoy sobre el terreno de juego para que luego el resto de equipos sumaran tres puntos sin necesidad de jugar -en el caso de una supuesta resolución negativa del expediente del Reus-. Ahora, con el aplazamiento provisional, impera la igualdad.