Extraer el puñal del pecho. Misión evitar un nuevo 'cordobazo' y saldar una cuenta pendiente. 68 días del ciclo del novelista y una ocasión inmejorable para dejar encarrilada la permanencia. La UD desafía a un Córdoba moribundo (19.00 horas, TVC, La Liga 1|2|3 TV), que podría perder la categoría si gana el Rayo Majadahonda al Albacete y pierden los blanquiverdes en la Isla.Caprichos macabro del destino, los califas bajarían al infierno en el mismo escenario donde ascendieron a Primera el 22 de junio de 2014 ante la UD.

1.784 noches después, el bloque amarillo puede tomarse su particular venganza del 22-J. El tanto de Uli Dávila (93') en aquella infausta final de promoción de ascenso sobrevuela en la previa. El desplome del Córdoba ha sido antológico. Se le adeudan tres meses al plantel y es la víctima propicia, en este tramo final de campeonato -restan cinco jornadas para echar el cierre-. Es el décimo partido de Mel, que solo computa dos victorias, en una travesía marcada por los contratiempos (en diez jornadas, incluyendo la de hoy, ha tenido 35 bajas entre lesiones y activos sancionados).

Catapultados por el recital ante el CD Lugo (4-1) y el gran primer acto ante el Tenerife en el Heliodoro, Las Palmas sigue en deuda con la afición. Un triunfo holgado ante los de Rafa Navarro permitiría encarar el nuevo régimen con más perspectiva. A las ausencias de Raúl Fernández, Juan Cala, Aythami Artiles y Dani Castellano, por lesión, cabe sumar la de David Timor por sanción. En la relación de dieciocho convocados, vuelven Deivid y Toni Segura.

Ha sido descartado por índole técnica el atacante serbio Srnic -ha completado cinco partidos (227') desde su llegada como refuerzo de lujo invernal-. Momo, que ya cuenta con el alta médica, se queda en la grada y debe esperar por su retorno. Tres príncipes del vivero, como el meta Josep, Cedrés y Toni Segura, copan todo el protagonismo.La incertidumbre en torno al futuro de Mel fue la foto de la rueda de prensa, que no debe empañar la apuesta sincera del madrileño por la base.

El Córdoba es un drama. Tres meses sin cobrar y la guadaña de la Segunda B aguarda en la esquina. Una victoria en las últimas once jornadas y el vago recuerdo del 4-1 de la primera vuelta en el Arcángel -con Herrera en el banquillo grancanario-. Fuente en el desierto. Alfaro y De las Cuevas portan el estandarte de un escudo cadavérico, que es el más batido de la temporada (70 goles recibidos). La media es insultante: 1,8 tantos encajados por encuentro.

Once tipo y un terremoto

En un carrusel de emociones - la sombra del 22-J cinco años después y la amenaza del descenso califa a las catacumbas- diseñan el teatro perfecto para la venganza. Mel busca la tercera victoria y otro argumento para convencer a los incrédulos. Con 14 dianas, Rubén Castro quiere ampliar su nómina realizadora, tras quedarse en blanco en el Heliodoro. El Moña, junto a Araujo, tiene ganado el cielo. Doble ración de pólvora, con Blum y Cedrés en los costados. Javi y Galarreta tratarán de poner quilates y fantasía.

La muralla tampoco admite debates: David García, Eric Curbelo y De la Bella. Fortes, lateral tinerfeño del filial, ocupa el sitio de Lemos, baja de última hora por una gastroenteritis aguda. Josep Martínez ha fulminado el debate de la portería con sus actuaciones ante Lugo y Tenerife. Larga vida al gigante. Más allá de los resultados y el estilo, Mel ha generado patrimonio con su triple apuesta. Y quiere más. Suspira por Carlos González en una declaración de principios de récord. Desde la 2010-11, con Paco Jémez en el banquillo -los Viera, Vitolo, Vicente Gómez, Juanpe, Aythami Álvarez o Tyronne-, no se recordaba un baile de platanitos como con el madrileño. El valor de la valentía. Certificar la salvación y comenzar a diseñar el futuro.

Del 22-J al 12-M. Casi cinco años después, vuelven los califas a Siete Palmas. Arde la memoria y vuela el drama. Ganar y escribir el epitafio del rival más despiadado.