En la noche de Rubén Castro, todo el protagonismo fue para la UD Las Palmas en su conjunto. Los de Pepe Mel esperaron al séptimo partido de la pretemporada para mostrar su mejor versión y sembrar el optimismo de cara a una campaña que se avecina turbulenta. Perdió ante el Real Betis (1-0), pero no lo mereció. Ni mucho menos. Los de Pepe Mel fueron superiores por juego y ocasiones durante muchos momentos del encuentro y sólo le faltó el gol para no salir derrotados del Benito Villamarín. Por si fuera poco, el cuadro verdiblanco sólo pudo marcar por medio de un error. Un mal pase de Kirian propició el tanto de Fekir en la primera parte (minuto 17), pero no empañó el gran desempeño de los canarios.

Al gran partido le acompañó, además, el homenaje emotivo a Rubén Castro. Pareció menor porque al final acudieron a Heliópolis 15.000 espectadores en un recinto donde caben 60.000, pero fue sólo una sensación. Los que hubo, se hicieron notar. Quince minutos antes del inicio del encuentro empezó el homenaje. La estampa era la siguiente: justo en frente de donde salían los jugadores, un cartel rezaba 'Ruben Castro 24', sobre el césped. A la derecha, en el fondo de los aficionados más animosos, un tifo cubría todo el primer anillo. En el mismo aparecía el jugador de espaldas, con la camiseta del Betis y su dorsal de siempre, celebrando un gol. Al lado de la figura lucía el número 148, las dianas que marcó para el club y que, a día de hoy, le mantienen como el máximo goleador histórico de la entidad. Debajo, una inscripción definitiva: 'Eterna leyenda'.

Acabado el acto, empezó el fútbol. Probablemente motivada por la grandeza del escenario, después de transitar durante la tediosa preparación por Gran Tarajal, Barranco Seco, Madeira, La Línea de la Concepción y Marbella, la UD Las Palmas desarrolló un papel muy digno en el Villamarín. Incluso, fue mucho más que eso: realizó un gran partido, no se achantó, plantó cara a todo un Real Betis que se presentaba ante su afición, siempre tan exigente que nunca da lugar a las relajaciones y le dominó con absoluta claridad durante varias fases del choque. Sólo le faltó el gol.

Tanto uno como otro se presentaron como un torbellino. El Betis, en sólo cuatro minutos, ya había rozado el gol en dos ocasiones con sendos disparos desde fuera del área, el primero de William Carvalho y el segundo de Fekir, campeón del mundo y fichaje estrella de los verdiblancos. El suyo, rozó la escuadra. La UD, por su parte, no se arrugó, sino que contrarrestó el asedio local con varios zarpazos. El más claro, uno que protagonizó Espiau, que recibió un gran pase en profundidad de Curbelo, encaró a Feddal, le regateó y tiró con la izquierda desde dentro del área, pero flojo, a las manos de Dani Martín (9').

La puesta en escena en un día tan señalado no podía ser mejor, sin embargo, faltaban, entre otras cosas, un gol y un error, y llegaron los dos en la misma jugada. Fue, además, en una jugada en la que la UD había robado el balón y se encontraba en disposición de iniciar el ataque, en campo propio, pero una mala entrega de Kirian a Mauricio Lemos la aprovechó Joaquín para adelantarse y tocar el balón lo justo para que Kekir se quedara solo ante Josep. El francés, en el mano a mano, batió por bajo con comodidad al valenciano (17').

A partir del gol, el ritmo bajó. No así la producción ofensiva del cuadro amarillo, que tuvo en Benito Ramírez, que jugó como extremo derecho, su hombre más incisivo. El aldeano, siempre muy activo, lo intentó con varios tiros, pero siempre muy lejanos (24' y 28'). Fue el preludio de la primera aparición del Betis tras el tanto. Kaptoum lanzó una volea desde fuera del área que fue directa a la manos de Josep, que sacó en largo inmediatamente en busca de un contraataque mortal que acabó en nada por un mal control de Espiau, pero dio muestras de lo que quiere Mel: máxima velocidad.

El último cuarto de hora de la primera parte evidenció la fatiga de los jugadores como consecuencia del esfuerzo anterior. Poco hubo que destacar más que el buen manejo de balón de la UD de un lado a otro, pero sin profundidad, y el conformismo del Betis, que administró su ventaja sin conceder ocasiones al rival. En ese contexto, Pedri, que siempre deja alguna muestra de todo el talento que lleva dentro, demostró que también está para jugar en las grandes plazas.

De su pie derecho llegó la primera ocasión de la segunda parte. Pudo salir a hombros del Villamarín con un disparo de rosca desde la frontal que buscó la escuadra más lejana, pero se marchó fuera por centímetros. Acto seguido, tras una contra fallida del Betis, Timor también pudo dejar su sello con un lanzamiento desde el centro del campo que tocó en un rival y no entró de milagro, y luego con otro zurdazo, fortísimo, que se marchó a la izquierda de Dani Martín, que estaba batido. La UD había salido como en la primera mitad, enchufadísima, más al ataque todavía. Producto de su insistencia llegó otra enorme oportunidad fabricada por Benito, cuyo chut, esta vez, puso en verdaderos apuros al meta, que desvió el esférico a córner con una enorme intervención. Sólo habían pasado siete minutos.

La UD, totalmente desconocida no detuvo su asedio. Pedri, exultante y en plan bailarín, rompió a Bartra casi sobre la línea de fondo y no pudo tirar mejor porque estaba escorado, pero lo hizo, y Dani Paró (54'). Al par de minutos, fue Ruiz de Galarreta el que volvió a probar al meta. Desde la reanudación, Las Palmas había tirado seis veces a puerta, al tiempo que había evidenciado, una vez más, que le cuesta un mundo marcar.

Al Betis, que por aquel entonces no había aparecido, no le quedaba otra que despertar, y bien que lo hizo. Le costó muy poco elaborar dos jugadas y plantarse delantero de la portería de Josep por medio de triaungulaciones en la frontal, legado de Quique Setién. Primero fue Canales el que prefirió pasar atrás a disparar y luego Fekir el que marcó, pero estaba en posición de fuera de juego.

Todo ese aluvión de ocasiones se habían producido igualmente en un cuarto de hora, pero a a partir de ahí el partido bajó de nivel, entre otras cosas porque era complicado mejorarlo. Además, sucedió el acontecimiento definitivo: el cambio de Pedri (63'), que dejó a la UD sin fantasía. Luego vinieron muchos más. El Betis realizó hasta nueve de golpe, mientras que la UD los escalonó. El choque, desde las sustituciones, no volvió a ser el mismo.

Todo lo que quedaba era dejar pasar los minutos para que el homenaje a Rubén Castro cerrara su círculo. Una vez concluido el partido, el isletero, acompañado por su mujer, María, y sus hijos, Rubén y Kilian, dio una vuelta alrededor del campo mientras escuchaba los cánticos y los aplausos de la grada. Como guinda final, la canción individualizada de 'su fondo' y el manteo de todos los jugadores en el centro del campo. Betis y UD, hermanados por el 'Moña'.

Ficha técnica

Real Betis (1): Dani Martín; Emerson Royal, Bartra, Feddal, Pedraza; Calvalho, Kaptoum; Joaquín, Fekir, Canales; y Raúl. También jugaron Javi García, Juanmi, Tello, Sidnei, Loren, Barragán, Lainez, Edgar, Calderón e Ismael.

UD Las Palmas (0): Josep; Curbelo (Ávaro Lemos, 70'), Mantovani (Suárez, 80'), Mauricio Lemos (Aythami, 46'), De la Bella (Dani Castellano, 80'); Timor (Deivid, 80'), Kirian (Robaina, 80'), Ruiz de Galarreta (Srnic, 80'); Benito (Drolé, 80'), Pedri (Fabio, 63') y Espiau (Boris, 63').

Goles: 1-0 (17'): Fekir.

Árbitro: Melero López. Amonestó a Timor por los visitantes.

Incidencias: partido homenaje a Rubén Castro y el séptimo de la pretemporada de la UD Las Palmas, disputado en el Estadio Benito Villamarín de Sevilla ante unos 15.000 espectadores.