Un equipo empieza a construirse desde la defensa. Esta máxima, clave para la mayoría de entrenadores y más en una categoría tan competitiva como la Segunda División, también se cumple en una UD que vive su momento más dulce de los últimos tiempos.

Cuando todos los focos se centran en la brillantez ofensiva del conjunto amarillo, y las miradas apuntan a las excelencias del joven Pedri y de Jonathan Viera y a los goles de Tomas Pekhart, se pasa quizás de puntillas sobre la labor de tres de los jugadores más veteranos y capitanes del plantel, Aythami Artiles, Martín Mantovani y Alberto de la Bella, quien con su contundencia han construido un verdadero muro casi infranqueable para los rivales.

En las tres últimas victorias consecutivas -Ponferradina, Lugo y Dépor-, la vieja guardia ha sacado a relucir sus galones. Con el cuarto mosquetero de la zaga, Álvaro Lemos en el lateral derecho, se ha conseguido un objetivo sumamente importante, la portería a cero -270 minutos-.

Esa fortaleza defensiva, por ejemplo, hizo que un joven debutante como Álvaro Valles casi no pasara apuros en la portería durante el choque del domingo ante el Deportivo de La Coruña en el Estadio de Gran Canaria.

La experiencia es un grado suele decirse, y en el caso de los tres capitanes queda demostrado. Primero, cumpliendo a las mil maravillas el papel que se espera de un zaguero, destruyendo. Segundo, dando el poso que necesita un equipo como esta UD plagada de jugadores canteranos que necesitan tener las espaldas bien resguardadas para ganar confianza y dar lo mejor de sí.

Contundencia y gen de mando cuando la situación lo requiere, y clase para sumarse al juego de toque que se impone en este estilo preciosista que está brindando Las Palmas en sus últimas apariciones. Y en el caso de De la Bella, asistiendo para el gol.

Cómo han cambiado las cosas de una temporada a otra. En la pasada, la llegada de Aythami Artiles en el mercado invernal procedente del Córdoba levantó ampollas; el central argentino terminaba el curso jugando para el Huesca en Primera; y el lateral zurdo exhibía una versión muy gris -por ejemplo con Paco Herrera no la olía-. Ahora, sin embargo, forman junto a Álvaro Lemos un cuarteto complicado para los rivales a la hora del desborde, aunque también ayuda la implicación del grupo en tarea defensiva.