Fue una pena máxima. Porque la UD Las Palmas se repuso con orgullo a las 11 bajas con las que llegaba al partido, fue mejor que el Real Zaragoza en la segunda parte, la única en la que ambos equipos comparecieron, y gozó de hasta seis ocasiones de gol claras para adelantarse, pero perdió (0-1). Cosas del fútbol. El cuadro maño, que se vio contra las cuerdas, acabó por llevarse el triunfo gracias a un gol de penalti cometido por Mantovani sobre Luis Suárez y transformado por Javi Ros en el minuto 82. Se pasó de frenada el argentino.

Tras un primer acto nulo a la vez que infame, unos y otros aceleraron tras el descanso y se fueron a por el triunfo. Pasaron de ser el doctor Jekyll a míster Hyde. Entonces, apareció el fútbol y llegaron varios intercambios de golpes hasta que la UD, en un arrebato de orgullo, y liderada por un magnífico Pedri, se lanzó hacia la portería rival, pero evidenció nuevamente su falta de pegada. Kirian, Araujo por dos veces, Mantovani y el propio Pedri, también con más de una, fallaron sus oportunidades. El Zaragoza, en cambio, no desperdició la que tuvo, y acabó de cuajo con la racha de seis partidos seguidos de la UD sin perder en Liga.

Era la primera cita en casa sin Jonathan Viera, la presentación de la UD posJony ante los suyos tras el empate que supo a poco en Fuenlabrada. Debía ser también la puesta de largo de Fede Varela en el Gran Canaria, pero la ocasión habrá de esperar. El argentino ni siquiera pudo vestirse de corto por las molestias con las que acabó el choque de Copa del Rey ante el Badajoz y de las que no pudo recuperarse a tiempo. Tampoco llegó Srnic, la primera opción para el lateral derecho ante la sanción de Curbelo, la indisponibilidad de Álvaro Lemos y la pobre actuación del filial Fortes el sábado pasado.

En ese contexto, fue Álex Suárez el elegido para esa posición, al igual que en La Romareda, donde sufrió. Era, también, la primera oportunidad para Araujo desde el inicio, el encargado de hacer olvidar a Narváez. Buena parte de los focos estaban centrados en él, sobre todo después de haber fallado dos ocasiones muy claras de gol que pudieron dar el triunfo a Las Palmas frente al Rayo y el Fuenla, pero también porque ha pasado mucho desde que el Chino resultara relevante. Ayer tampoco lo fue.

El otro cambio en el once con respecto al último en Liga fue la inclusión de Kirian por Maikel, que ya no está. Volvía el tinerfeño después de un buen partido -con gol incluido- en el Nuevo Vivero y de quedarse en la grada en el Fernando Torres como castigo al penalti "infantil y ridículo", tal y como describió Pepe Mel, que cometió en el último choque del año pasado.

Así se presentó la UD al partido, con tres puntos menos que su rival y con el objetivo de salir airosa tras un nuevo tsunami de ausencias. Otro más. También lo hizo con tres jugadores con ficha del filial en el equipo titular -Valles, Fabio y Pedri- y con otros tres en el banquillo -Fortes, Pablo Haro y Juan Fernández-, pendiente de no tener a más de cuatro en el terreno de juego para no incurrir en una ilegalidad.

Todo lo que prometía el partido en cuanto a vistosidad, juego de ataque y velocidad del balón antes del pitido inicial se convirtió en un combate nulo, sin profundidad y sin ocasiones tras el mismo. La primera parte transcurrió en medio de un tedio profundo en el que los dos equipos se dedicaron más a contener que a proponer. Tanto Las Palmas como el Zaragoza creían tener el partido controlado, pero era más bien una sensación, porque no pasaba nada.

Faltó, en definitiva, magia, talento, calidad. De los primeros 45 minutos no pudo rescatarse ni un sólo tiro entre los tres palos. Lo intentó Benito con la zurda, desde muy lejos y escorado a la derecha, pero su disparo se marchó desviado y ni siquiera inquietó a Cristian Álvarez (17'). Fue una bala de fogueo, pero también la confirmación de que la UD estaba en el partido, porque hasta entonces había sido el cuadro maño el que había dominado más territorio. La primera respuesta de los de Víctor Fernández fue en una falta lanzada por Eguaras desde la izquierda que no encontró rematador por poco (25'). Y poco antes del descanso (38') una carrera de Luis Suárez inquietó, pero más por ser quien era que por la claridad de la ocasión.

Cambio de mentalidad

El choque del supuesto espectáculo pasó al intermedio entre la somnolencia de los pocos aficionados presentes en el Gran Canaria un martes laborable (9.397). Nadie brilló. Ni Pedri, que aburrido porque no le llegaran balones a la izquierda emigró hacia el centro sin éxito; ni Benito, que no tuvo la oportunidad de encarar una sola vez; ni Kirian, por el que no pasaron muchas jugadas; ni Araujo, perdido en la delantera y muy estático.

En la inoperancia ofensiva, destacó, por contra, la defensa, en la que todos estuvieron muy correctos, incluido Álex Suárez, que se dejó ver por el ataque en varias ocasiones. Tampoco brilló nadie del Zaragoza. Ambos equipos estaban obligados a ofrecer mucho más en la segunda parte si realmente querían ganar.

Salió más intensa la UD, que a los dos minutos de la reanudación probó por primera vez el portero maño. Araujo, en su primera buena actuación, robó un balón en el extremo izquierdo, centró y Pedri, que llegaba desde atrás, remató algo forzado, pero lo suficiente como para obligar a Cristian a estirar el brazo derecho y desviar la pelota.

Fue el inicio de una sucesión de golpes. Acto seguido, Puado, un gran delantero lleno de calidad, se deshizo como quiso de Javi Castellano por la punta izquierda y no culminó su gran jugada en gol porque cuando fue a disparar se trastabilló. Luego, Kirian respondió con un disparo desde fuera del área que atrapó Álvarez sin problemas, pero significó el segundo avisó amarillo en dos minutos.

La réplica del Zaragoza supuso la primera gran ocasión de gol de todo el partido. Puado, otra vez genial, esta vez centrado, regateó a Mantovani hasta dejarlo atrás. Ya solo delante de Valles, cruzó el balón, pero el sevillano lo desvió a córner con una gran estirada. Fue un gran susto, al tiempo que la reafirmación de un buen portero. En el saque de esquina resultante, Atienza cabeceó y el cuero se estrelló en el poste derecho (51'), aunque Vicandi vio un toque de Valles.

En sólo seis minutos sucedieron más jugadas de ataque que en toda la primera parte. No iba a quedar ahí el protagonismo del guardameta amarillo, porque apunto estuvo de provocar un buen disgusto. Transcurría el minuto 56 cuando Mantovani le entregó el esférico y el portero se lo brindó a Kagawa, aunque su intención era dárselo a Fabio, pero no reparó en que el canterano estaba tapado por el japonés. Afortunadamente para él -y para casi todos-, rectificó su error con una enorme estirada felina para recuperar la pelota y ganarse la ovación de la grada, que rompió a aplaudir después de suspirar (56').

Partido roto

Era ya un partido distinto. Se había confirmado que Las Palmas y Zaragoza eran otra cosa, más rápidos, con más ambición. De repente, el choque estaba roto. Y en ese descontrol la UD gobernó. Tiró de arrebato y se fue hacia arriba con fe. Así llegaron una sucesión de oportunidades de gol que demostraron una vez más que a este equipo le falta gol. Al menos, creó la ocasiones, y casi todas ellas tuvieron un elemento común: la participación de Pedri, que tiró de fantasía y puso al equipo a su cargo.

Primero lo intentó con un disparo con la zurda desde fuera que se marchó por poco (62'). Luego, abrió a la derecha para que todo acabara en un centro de Javi Castellano que Kirian, absolutamente solo en el área pequeña, cabeceó sin fe a las manos del portero (63'). Posteriormente, dribló a un par de defensores maños con unos cuantos gestos sublimes con la cintura, llegó a la línea de fondo y puso la pelota atrás para que Araujo rematara con la zurda, pero un central la desvió (71').

No había acabado ese minuto y el tinerfeño se encontró un regalo en la frontal. Con el balón botando y todo a favor, golpeó desde lejos en vez de avanzar, pero Cristian adivinó su intención. Y luego, dejó sólo a Araujo con un pase entre líneas, pero el argentino controló fatal y convirtió en nada lo que podría haber sido algo. En medio, Mantovani gozó de un remate franco con la izquierda a pocos metros del meta, pero golpeo demasiado flojo.

Y como el fútbol es tantas veces inexplicable, llegó el zarpazo del Zaragoza en su única llegada en mucho tiempo, cundo más sufría. Mantovani cometió penalti sobre Luis Suárez por pasarse de frenada y Javi Ros, que entró para disparar, puso el balón en la escuadra derecha de Valles, que se había lanzado a la izquierda (83'). Bajonazo de la UD y fin del partido, porque el equipo no se repuso. Intentó el empate a base de centros, pero sin ideas. Fue una pena máxima.

Ficha técnica:UD Las Palmas (0): Valles; Álex Suárez, Mantovani, Aythami, De la Bella; Javi Castellano, Fabio (Pablo Haro, 84'); Benito (Pekhart, 76'), Kirian, Pedri; y Araujo.Real Zaragoza (1): Cristian Álvarez; Vigaray (Delmás, 68'), Atienza, Guitián, Nieto; Eguaras, Guti; Puado (Javi Ros, 82'), Kagawa (Álex Blanco, 57'), James; y Luis Suárez.Goles: 0-1.- (83'): Javi Ros, de penalti.Árbitro: Vicandi Garrido (C. Vasco). Amonestó a los locales Benito, Aythami y Kirian.Incidencias: partido correspondiente a la vigesimotercera jornada de LaLiga SmartBank, disputado en el Estadio de Gran Canaria ante unos 8.000 espectadores.