Frustración máxima por un regalo infame. Con dosis elevadas de mala fortuna, porque si algo podía salir mal en la jugada decisiva del partido, salió peor, pero imperdonable en cualquier caso. La UD Las Palmas dejó escapar la victoria en el tiempo añadido cuando se disponía a romper su mala racha de siete encuentros consecutivos sin ganar (1-1) porque De la Bella, con un despeje terrible de cabeza cuando ya había pasado el peligro, posibilitó que Curro, al que le cayó el balón justo delante después de superar hasta a tres jugadores amarillos, empatara con un tiro que, por otra parte, bien pudo haber detenido Valles, pero volvió a meter una mano demasiado floja.

Por si ese cúmulo de despropósitos final no fuera suficiente, en la acción anterior Benito había cabalgado por la derecha, como muchos de sus compañeros por todo el campo, incluido el lateral catalán, en lugar de perder todo el tiempo posible. Pasó la pelota a Rubén, quien, rodeado de cuatro rivales, la perdió y propició la contra. Fue una decisión fatal, aunque habría quedado en el olvido de no ser por el error de De la Bella.

La metedura de para tiró por la borda el gol que había conseguido Rubén Castro (59'), de cabeza a la salida de un córner, cuando mejor estaba la UD, que había logrado sobreponerse a una entrada al partido horrorosa en la que pudo haber recibido algún tanto. Reaccionó y mereció adelantarse, pero en última instancia demostró que no sabe ganar. Empate a uno, ocho encuentros sin ganar y un homenaje a José Manuel Mamé León, una leyenda del club fallecida ayer, que quedó deslucido.

Lo previsto

No sorprendió Pepe Mel con su once. No acostumbra a ocultar demasiado sus planes, pero tampoco suele ser tan transparente como para probar con el equipo titular en un entrenamiento a puerta abierta. Lo hizo en la sesión del pasado jueves y lo plasmó en Los Pajaritos. Desterró el sistema con tres centrales y dos carrileros para volver al 4-2-3-1 habitual, con Pedri tirado hacia atrás para elaborar el juego cerca de Javi Castellano, Fede Varela en la mediapunta y Benito y Narváez en los extremos.

Correspondía al técnico estrujar el cerebro después de dos derrotas seguidas y examinarse él mismo para revertir la mala racha de siete encuentros consecutivos sin ganar. Con sólo cinco bajas, tocaba al técnico dar un paso al frente. Y el equipo, en líneas generales, jugó mejor, sin alardes de ningún tipo.

La contienda comenzó muy entretenida sobre todo para los locales, que gozaron de su primera ocasión de gol clara tan sólo cuatro minutos después del pitido inicial. Néstor, el sustituto del goleador Higinio, ausente por sanción, bajó a recibir para darse la vuelta y meter un balón perfecto en profundidad que se comió Curbelo. Marc Mateu, que recibió el regalo y avanzó unos pasos, chutó después cruzado: el balón salió por poco a la izquierda de Valles. Primer aviso.

Respondió Benito con un disparo alto desde la frontal en la primera vez que Pedri llevó el balón hacia arriba, pero el cuadro numantino ni se inmutó. El lateral derecho, Sola, que sustituía al sancionado Calero, encontró una autopista por su lado. Puso mucho de su parte, porque se trata de un jugador que no entiende de otra cosa más que de atacar, pero también se encontró con que Narváez y De la Bella no le pusieron oposición.

De hecho, se fue entre ambos para protagonizar el primer disparo entre palos, pero lo hizo con la zurda y flojo, a las manos del sevillano. La banda izquierda de Las Palmas era un coladero. La receta del Numancia era clara, balones largos en busca de los extremos y de Néstor, que caía a los costados. Fue una pesadilla en los compases iniciales. La intención de Luis Carrión era transparente: aprovechar la lentitud de los defensas amarillos.

Sufrimiento y reacción

A esas alturas del partido ya había quedado perfectamente claro que la UD era un desastre. Se encontraba sobrepasada por completo por el Numancia, mucho más intenso, ambicioso y lúcido. De todo esa carecía Las Palmas, que estaba condenada al fracaso si no reaccionaba. Los ataques locales eran continuos. En una falta sacada desde el extremo derecho soriano, Valles estuvo a punto de tragarse el balón, pero rectificó a tiempo (22') para evitar el tanto.

Se veía venir el gol mientras el cuadro de Mel era incapaz de reaccionar. Le bastaba con presionar más arriba y aumentar las ganas y la energía. Y puso de todo eso, al menos para respirar un rato. También mejoró al equipo el intercambio de posición entre Pedri y Fede Varela, que se retrasó para poner orden. Varias arrancadas de Benito desde la derecha hacia el centro sirvieron para corroborar que la UD había comparecido en Los Pajaritos, porque de peligro, nada.

Narváez, bien vigilado, casi no entraban en juego. Tampoco Rubén, cuya única aparición en media hora había sido para rematar una pelota que caía del cielo tras el saque de una falta. En esas estaba la UD, tratando de encontrarse a sí misma mientras el Numancia tomaba aire tras un inicio fulgurante, cuando gozó de su mejor ocasión. Narváez y de la Bella protagonizaron una bonita jugada que acabó con un tiro del catalán, muy escorado, tras una pared con el colombiano. Dani Barrio desvió el balón con las piernas (36').

Sólo un minuto después, otra buena combinación acabó con el cuero en los pies de Pedri en la frontal del área, pero no es el tiro la virtud principal del tinerfeño, al que le queda mucho por mejorar en esa faceta: lanzó muy flojo y desviado. Se le da mucho mejor, por contra, todo lo demás, como cambiar el ritmo y crear algo de la nada. Demostró ambas cosas en el 40', cuando se deshizo de un rival en la línea medular y trató de conectar con Rubén con un pase al hueco que no acabó en los pies de isletero por muy poco. Se habría quedado solo ante el portero local.

Por ese entonces, Las Palmas ya había demostrado una reacción. Presionaba más, combinaba mejor, las líneas estaban más juntas. Había empezado fatal, pero también resistido. Y tenía sobre todo toda una segunda parte por delante para continuar por el mismo camino.

Entró bien el cuadro amarillo tras el paso por vestuarios. Ni por asomo el partido se reanudó con el ritmo con el que había arrancado, y en ese contexto se mostró más cómodo. Combinó con verticalidad y dejó entrever que quería ganar. Pasaron siete minutos hasta que tuvo lugar el primer tiro, ejecutado por Narváez, que se apoyó en Pedri antes de lanzar un derechazo que se fue fuera por poco (53'). La UD, por fin, se veía dominadora.

Tanto es así que acabó por encontrar el gol, cuyo origen estuvo en otra buena arrancada del colombiano que acabó en córner tras otro disparo lejano. Lo sacó Benito con la zurda, cerrado, y Rubén Castro fue a buscar la pelota con un ligero movimiento que le permitió cabecear solo en el segundo palo y desnudar a Curro, que no le defendió (59'). Cazó una y la metió dentro. Ese es Rubén y por eso siempre juega.

Con el gol, el técnico local movió fichas. Quitó a un central para retrasar a Escassi e introducir a Nacho, un extremo izquierdo, lo que llevó a Aguado al mediocentro y a Mateu a la delantera para acompañar a Néstor -sustituido muy poco después por Zlatanovic-. El sistema, por tanto, cambió a un 4-4-2. Mel, por su parte, retiró a Fede Varela para dar entrada a Ruiz de Galarreta y reforzar el centro del campo. El vasco, que volvía, se juntó con Javi Castellano y Pedri saltó a la mediapunta. Pintaba a que la UD quería guardar el resultado y tratar de sentenciar a la contra.

Con media hora por delante, pasaron muy pocas cosas en los primer 10 minutos de ese tiempo parcial, lo que beneficiaba a Las Palmas. Un remate peinado con la cabeza de Derik que se marchó fuera alertó al conjunto canario, que se había puesto ya el mono de trabajo para defender su ventaja. Benito y Narváez ayudaban a los laterales, Javi e Iñigo presionaban sin parar y los centrales se mostraban seguros. Los cambios de Carrión no habían surtido efecto y el de Mel había dado fuerza al equipo, que pudo marcar el segundo con un remate de Rubén, pero le salió flojo.

El Numancia lo intentó a la desesperada con la inclusión en el campo de un chaval de la cantera, Adri Cabrera, por Mateu. Los primero que hizo el delantero fue rematar de cabeza (82') al larguero tras un saque de esquina. El rechace del palo generó una incertidumbre que Valles se encargó de eliminar con un despeje de puños. Justo antes, Mel había introducido a Aridai, que reaparecía, por Narváez. Y luego metió a Kirian por Pedri. El objetivo era refrescar el ataque y mantener la defensa. No quería la UD, en definitiva, meterse atrás.

Lo que no entraba en el guion era que Las Palmas, tan cómoda desde el gol, fuera a conceder un regalo como el que brindó De la Bella en el tiempo añadido. Dos semanas atrás había regalado el segundo tanto al Deportivo de La Coruña con un resbalón en el área pequeña; esta vez, entregó el balón a Curro tras un despeje de cabeza infame cuando no había peligro alguno. El pichichi numantino, solo, únicamente tuvo que cruzar la pelota. Y estalló la frustración máxima de la UD.

Ficha técnica.-

(1) CD Numancia: Dani Barrio; Sola, Derik, Castellano (Nacho, 63'), Héctor Hernández; Gus Ledes Escassi; Curro, Aguado, Marc Mateu (Adri Herrera, 79'); y Néstor (Zlatanovic, 70').

(1) UD Las Palmas: Valles; Curbelo, Mauricio Lemos, Aythami, De la Bella; Javi Castellano, Pedri (Kirian, 86'); Benito, Fede Varela (Ruiz de Galarreta, 69'), Narváez (Aridai, 80'); y Rubén Castro.

Goles: 0-1 (59'): Rubén Castro; 1-1 (91'): Curro.

Árbitro: Sagués Oscoz (Comité Vasco). Amonestó al local Gus Ledes y a los visitantes Benito y Curbelo.

Incidencias: partido correspondiente a la vigesimoctava jornada de LaLiga SmartBank, disputado en el estadio Los Pajaritos de Soria ante 3.513 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo a José Manuel León, leyenda de la UD Las Palmas, fallecido este sábado, y de Pedro Delso, exjugador del Numancia en la década de los 60.