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Málaga y UD: vidas paralelas

Las Palmas y su próximo rival bajaron en el curso 2017-18, fueron los dos más ricos de la categoría, fracasaron en el intento de ascender y se rehicieron como pudieron

Halilovic –con chamarra– felicita a Rémy por su gol en el 1-3 de la UD en La Rosaleda el 11 de septiembre de 2017.

Los dos bajaron de Primera a Segunda en la temporada 2017-18 y se convirtieron, de repente, en los equipos más ricos de la categoría de plata. Málaga CF y UD Las Palmas, con el poder que le daba el talonario, aprovecharon su nueva condición para jugárselo todo a un ascenso por vía rápida. Desembolsaron una cantidad ingente de dinero en jugadores y entrenadores como si tal derroche fuese una garantía de éxito, pero, se estamparon. No sólo no subieron el año después de bajar ni tampoco al siguiente, sino que hoy, dos días antes de su próximo duelo (15.00 horas), aún sufren las secuelas de la apuesta fallida.

Porque el club andaluz tuvo que aplicar un ERE (Expediente de Regulación de Empleo ) a ocho jugadores de la plantilla, con los que finalmente llegó a un acuerdo; y porque la entidad amarilla tuvo que recurrir a un casi ERTE –anunció que se lo aplicaba a Christian Rivera y Raúl Fernández y rectificó 24 horas después– y a un aval de Miguel Ángel Ramírez –de un millón, según el propio presidente– a última hora para cumplir con los topes salariales de LaLiga y poder salir a competir.

Así que el duelo del domingo es entre dos equipos que buscan una nueva identidad basada en la austeridad obligada por la mala gestión anterior que les llevó a adoptar medidas de urgencia y a ocupar el lugar en el que están. Atrás quedaron los 25,2 millones de euros de límite salarial de que dispuso el Málaga para el curso 2018-19 y los 19,3 de la UD –ahora, a falta de la publicación oficial de LaLiga, está en torno a 3 kilos y 8,5, respectivamente–.

Austeridad

Nadie queda del último once del Málaga que se enfrentó a Las Palmas en La Rosaleda el año pasado y sólo cuatro –Aythami, Kirian, Curbelo y Lemos– de la UD perviven. Ambos, progresivamente, han tenido que soltar lastre y virar su política hacia el gasto reducido y la cantera, que suele contar más cuando las cajas están vacías.

El caso del Málaga es aún más dramático todavía, porque estuvo mucho más cerca que la UD de conseguir el objetivo del ascenso nada más bajar, sin embargo, el Deportivo de La Coruña acabó de cuajo con esa opción en las semifinales de la promoción.

Lejos queda el último triunfo de la UD Las Palmas en el estadio donde volverá a jugar el domingo. Fue el 11 de septiembre de 2017, entonces en Primera, con Manolo Márquez en el banquillo y con jugadores como Viera, Calleri o Rémy, los tres goleadores aquel lunes (1-3).

Las siguientes visitas a La Rosaleda acabaron en empate (0-0 y 1-1), y ahora Málaga y UD vuelven a cruzarse aunque mantienen vidas paralelas: juntos bajaron, fueron ricos, se estamparon y sobrevivieron como pudieron.

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