La ferocidad de la delantera del Girona se desvaneció un poco durante la tarde de ayer cuando se dio a conocer la noticia del traspaso de Mamadou Sylla con destino al Deportivo Alavés de LaLiga.
El ariete senegalés fue un quebradero de cabeza para la Unión Deportiva en la pasada campaña, cuando ambos equipos se midieron en el Gran Canaria en marzo, con los dos equipos en la zona media de la tabla y en el que el africano cimentó el triunfo catalán al igualar la contienda y facilitar la remontada del equipo de Francisco que certificó Yan Couto, ambos goles en la segunda mitad del encuentro.
Sylla, de 27 años, es un delantero polivalente que llega al club de Vitoria después de haber disputado la pasada temporada un total de 36 partidos con el Girona en Segunda División, donde logró 9 goles y 5 asistencias.
Además, Sylla también cuenta con amplia experiencia en la Liga belga, en la que ha jugado más de 100 encuentros y posee experiencia en otros clubes españoles como el Racing de Santander y el Espanyol, donde debutó en el año 2013 siendo jugador del filial. Su llegada al Alavés se confirma un día después del adiós de Lucas Pérez, que pondrá rumbo al Real Betis Balompié.
Míchel, atento a Jesé
El entrenador del Girona, Míchel Sánchez, apuntó que ante la UD, su equipo tiene que «dar un paso adelante con el balón para acercarse a la victoria».
El preparador madrileño también destacó que «Jesé está cogiendo un nivel muy alto y Peñaranda tiene un potencial brutal» y, que en su primer encuentro de liga, Las Palmas ofreció «sensaciones muy positivas» contra el Valladolid, «aspirante a todo».
Tras acentuar que en su carrera como futbolista tuvo «la suerte» de trabajar bajo las órdenes de Pepe Mel en el Rayo Vallecano, repondiendo al entrenador rival, que dijo «sentirse viejo al coincidir con uno de sus jugadores».
Por último, celebró que el recién llegado Álex Baena, cedido por el Villarreal, ya está «preparado para competir» y le definió como «un jugador de uno contra uno, desequilibrante, dinámico, combinativo y diferente en los últimos metros».
