El paso de la tormenta Hermine debió mojar el arsenal de la UD Las Palmas, pues por mucho que lo intentó contra el Ibiza al acometer 24 lanzamientos sobre el marco balear, seis de ellos entre los tres palos, ninguno consiguió alojarse en las mallas rivales. La impotencia se apoderó de Las Palmas y suma su tercer empate en los últimos cuatro partidos disputados. El récord de imbatibilidad suma una jornada más, con nueve desde el arranque liguero, pero ya los números no son los de un equipo de ascenso directo.

Más allá de un tiro al palo de Jonathan Viera en el minuto 54, que dio paso a un mayor peligro de la UD en sus llegadas, los amarillos parecieron disparar con balas de fogueo hasta entonces. La estadística arroja un intento cada cuatro minutos de partido, sin embargo, no consiguió meter el miedo en el cuerpo ibicenco dada la falta de puntería y la timidez con la que encañonaron a Fuzato, el jugador con mayor protagonismo balear dado que los celestes apenas inquietaron a la defensa insular.

Si García Pimienta anunció en la previa del encuentro que su plan de juego no iba a ser otro que el de tener el balón, el técnico amarillo no engañó a nadie, pues concentró la posesión en todo momento para crear ocasiones de gol desde la construcción a través de la pelota. La base en el centro del campo siguió siendo la misma, con Mfulu, Enzo y Jonathan Viera como los prestidigitadores en la zona medular.

Eso sí, a pesar de amasar la pelota, y acumular hasta nueve tiros en la primera media hora de juego, el peligro sobre el marco de Fuzato, parecían con balas de fogueo. Mucha llegada al área rival, pero ninguno de los intentos amarillos dio sensación de peligro real para que significara el 1-0.

Una falta de pegada quizás porque el hombre más adelantado del once titular que eligió Pimienta para enfrentarse al Ibiza fue Pejiño. Al de Barbate, que no jugó frente al Mirandés y ante el Granada estuvo apenas 3 minutos en el verde, se le presentaba la oportunidad de resarcirse ante la falta de oportunidades en este arranque liguero. Con un problema, que no estaba jugando en su posición ideal, lejos de los costados.

A pesar de esa carencia de punch, tampoco es que el Ibiza pusiera en ningún aprieto a la UD, por lo que el mayor peso del encuentro siempre estuvo del lado amarillo en el campo contrario. Tan solo una ocasión de Fran Grima sobre el minuto 20 puso en aprietos a Álvaro Valles, quien pasó una primera parte apacible sin apenas entrar en contacto con el esférico.

Todo ello también por la concentración defensiva de la pareja de centrales formada en el día por Sidnei y Curbelo, ágiles tanto en la anticipación como en el repliegue de líneas, un asunto capital al establecerse a casi 40 metros de la línea de portería y en especial para el brasileño, que en encuentros anteriores arrojó ciertas sospechas sobre su capacidad de giro hacia los dominios de Valles.

Con el campo orientado hacia la portería de Fuzato, Las Palmas acumuló 13 lanzamientos sobre el marco rival, con Jonathan Viera concentrando cuatro de ellos, además de otros tres de Alberto Moleiro, los que más lo intentaron de los amarillos, aunque siempre teniendo en cuenta la timidez o la potencialidad de poner en aprietos al cancerbero ibicenco.

Inflexión Viera

Llegado el descanso, la película continuó con los versos de la impasibilidad. Misma tónica que la de la primera parte. El balón en poder de la UD y las llegadas sobre el latifundio de Fuzato con timidez hasta que Jonathan Viera lanzó un chupinazo al palo rival. Lleva dos el capitán, unido al de la semana pasada en Anduva.

Del ¡uy! en la grada se pasó al doble cambio para que Pimienta intentara imprimir un poco más de energía a su plantel. Moleiro, que estuvo desacertado en sus decisiones pero que no dejó de intentarlo una y otra vez, junto a Pejiño, para dar paso a Sandro en punta y a Óscar Clemente por banda.

Pareció ser un punto de inflexión el disparo de Viera al poste, dado que las llegadas ahora sí de Las Palmas llegaban con mayor aroma goleador. Enzo, Sergi Cardona, Sandro, Clemente y un Álvaro Lemos que ingresó en el terreno de juego por un Álvaro Jiménez exhausto, todos intentaban derribar la muralla balear.

Sin embargo, la gestión de los últimos compases del encuentro no fue la idónea, pues la prisa se apoderó de la UD. Las precipitaciones se sucedieron mientras el Ibiza supo cómo perder el tiempo para mayor desesperación local. Fuzato, el más activo de los baleares, penduló por los tres palos cada vez que uno de los 24 lanzamientos amarillos traspasaron la línea de fondo.

Arranca de esta forma la semana de tres partidos, con el Lugo y la Ponferradina por delante, con un empate que deja un sabor de boca amargo dada la sensación de que Las Palmas podía volver a sumar tres puntos después de su resbalón en Mirandés y que regresara a la senda de la victoria.

FICHA TÉCNICA

UD Las Palmas: Valles; Álex Suárez, Sidnei, Eric Curbelo, Sergi Cardona; Mfulu, Enzo Loiodice (Benito, 84’), Jonathan Viera; Álvaro Jiménez (Álvaro Lemos, 76’), Moleiro (Óscar Clemente 62’) y Pejiño (Sandro, 62’).


UD Ibiza: Fuzato; Fran Grima, Martín Pascual, Juan Ibiza, Álvaro; Cristian Herrera (Suleiman Camara, 72’), Morante (Pape Diop, 72’), Azeez, Nolito (Armando Shashoua, 82’); Darío Poveda (Bogusz, 64’) y Ekain (Sergio Castel, 64’).


Goles: No hubo.


Árbitro: Goróstegui Fernández-Ortega (Colegio Vasco). Amonestó por parte del Ibiza a Martín Pascual (6’), Álvaro García (45+4’), Morante (63’), Ekain (65’), Azeez (66’), Castel (80’) y Camara (94’).


Incidencias: Novena jornada de LaLiga SmartBank, disputada en el Estadio de Gran Canaria con la presencia de 19.696 espectadores