Varios crímenes en un barrio de clase alta tienen algo en común: sus víctimas coleccionaban grabados de Goya. Las inspectoras Carmen Cobos y Eva González inician la investigación en un entorno elitista en el que el tráfico de obras de arte es habitual. Tienen que descubrir a un asesino que reproduce con sus víctimas las escenas de los Caprichos de Goya.