El de hoy no es un partido cualquiera. Por eso la celebración tiene que estar a la altura de la final. Y verlo en casa con amigos en una buena idea. Uno pone la casa. Otros se encargan de la ambientación, con banderas y pinturas. Y los demás traen la bebida y la comida. Los cócteles, rojos y amarillos, con fresa y piña, para calmar la sed de victoria. Bocadillos, patatas y aceitunas? aperitivo para la noche... Aunque con los nervios del partido todos confiesan que no van a poder comer mucho.