Final feliz y alegría. A la una de la madrugada, los bomberos de Gran Canaria llegan a la cima de la montaña. Un montañero se ha partido una vértebra, pero no pueden rescatarlo a pie, así que tienen que esperar al helicóptero ya que sólo vuela de día. Esa espera, de ocho horas, iba a ser eterna. Primero para la víctima, herido y con frio; y después para uno de los bomberos, con su mujer a punto de dar a luz y él a mil metros de altura. El herido se recupera en el hospital y los bomberos ya han visto decenas de veces este video: el de la satisfacción por el trabajo bien hecho.