Christine Lagarde asumió ayer la dirección del Fondo Monetario Internacional (FMI), reemplazando en el cargo a su compatriota Dominique Strauss-Kahn.

La ex ministra de Economía francesa llegó a la sede del FMI en Washington donde fue recibida por el hasta ahora director gerente adjunto, el norteamericano John Lipsky, que abandonará el cargo en noviembre, y el decano del consejo ejecutivo del organismo, el egipcio Shakour Shaalan.

Lagarde, de 55 años, se convierte así en la primera mujer que dirigirá el organismo y tiene el difícil reto de lavar la imagen de la institución tras el escándalo sexual de Straus-Kahn. Por este motivo, la nueva directora del FMI ha tenido que firmar un contrato por el que incrementa su salario pero también por el que se compromete a mantener un decoro en sus actuaciones públicas y privadas.