La batalla comenzó con un grupo de jóvenes atacando con cócteles y ladrillos a una patrulla de policía y quemando uno de sus vehículos. Un videoaficionado captó la tensión en una calle de Tottenham, en el norte de Londres. Pero la protesta se les fue de las manos. A varios coches de policía siguió el incendio de un autobús de dos plantas que acabó formando una gran bola de fuego, que se extendió a un edificio cercano. Ese es el escenario que encontraron la policía montada y los antidisturbios enviados a la zona.