Miles de opositores y detractores de Morsi vuelven a la carga en otra jornada de protestas que refleja la división de un país. Con las calles tomadas por el Ejército, los seguidores de Mursi clamaban su vuelta asegurando que no dejarán la lucha hasta que vuelva o de lo contrario, morirán como mártires. La tensión entre ambos bandos no tardó en estallar y las protestas terminaron con violentos choques que duraron horas que terminaron con al menos 30 heridos.