Descontrolado sigue el incendio en el parque Yosemite, conocido por sus enormes secuoyas. El fuego avanza sin parar, y ya ha arrasado 54.000 hectáreas. Bomberos y aviones cargados de agua continúan con la lucha por sofocar las llamas, pero tan solo han podido apagar un 7%. El fuego ha producido estas enormes columnas de humo, que pueden alterar la dirección del viento y dejar atrapados a los bomberos en su interior. Este infierno comenzaba el 17 de agosto, y se ha mantenido prácticamente sin control desde el principio.