No pasa ni un día en México sin que alguien recuerde a los 43 estudiantes de magisterio desaparecidos en la localidad de Iguala. Pero después de cuatro meses, la gente ya no reacciona. Están saturados de imágenes violentas, de cadáveres calcinados en los informativos y periódicos. Así que a Édgar Olguín, fotógrafo, se le ha ocurrido una idea para que vuelvan a escucharse esos mensajes: pintarlos sobre la piel desnuda de varios jóvenes que posan en lugares públicos, como el Metro o la calle. Mensajes contra la impunidad, contra los abusos del Ejército, contra los feminicidios. Y sí, funciona.