La madrugada del martes de carnaval fue la primera vez que unos encapuchados hicieron sonar las alarmas de una boutique situada en las confluencia de las calles Viera y Clavijo y Perdomo, en el barrio de Triana de Las Palmas de Gran Canaria. Rompieron dos cristaleras del establecimiento con mazas y se llevaron todo lo que consiguieron agarrar, en cuestión de minutos, hasta que los testigos los increparon. Huyeron del lugar a la carrera. 

En la zona creían que sería la única vez, que llevándose un botín no se atreverían a regresar a por más, pero estaban equivocados. Desde esa madrugada, la tienda de lujo Bounty se ha convertido en víctima inesperada de una banda de ladrones (se desconoce si siempre son los mismos) en la que los robos se suceden: la han asaltado hasta tres veces en solo una semana.

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