Eran casi las diez de la noche del sábado en un parque acuático de Nueva Taipei, al norte de Taiwán, donde miles de personas disfrutaban de un concierto en el festival 'Color Play Asia'. Los cañones de humo lanzan polvo de color, cuando repentinamente los gritos de pánico de algunos de los asistentes avisan de que algo va mal. Una pequeña deflagración ha prendido la mecha. El polvo utilizado para animar la fiesta es inflamable. Y todos están completamente cubiertos de él. Los testigos narran cómo tras la explosión, en cuestión de segundos había surgido el caos y los jóvenes asistentes empezaron a correr y a empujarse. Algunos intentaban salir de la parte de atrás del escenario, donde habían quedado atrapados. Pero se convirtió en una ratonera sin salida.