Las cecilias, un grupo de anfibios menos conocidos que las ranas y las salamandras, son esenciales para comprender la evolución de los primeros vertebrados en el medio terrestre hace millones de años. Estos animales se distinguen por su cuerpo alargado sin extremidades y su piel suave y brillante. Muchas especies de cecilias depositan sus huevos en el agua, donde las larvas experimentan una metamorfosis para adaptarse a la vida terrestre.