- Usted polemizó con el PSOE sobre los riesgos de la masiva inmigración ilegal que llegaba a Canarias ¿mantiene sus tesis?

- De hecho fue una polémica entre el delegado del Gobierno (José Segura) y yo, después su partido me dio la razón porque posteriormente el ministro del Interior dijo lo mismo. Los temores sobre la situación del Magreb y del Sahel son muy fundados y creo que ignorarlos sería extraordinariamente irresponsable, no entender que estamos ante uno de los mayores riesgos del mundo sería ignorar lo que sucede sobre todo en la zona del Sahel, donde hay tres tipos de terrorismo: las células propias de Al Qaeda, el terrorismo yihadista y los grupos de bandidos y criminales que cometen toda clase de tráfico de drogas, de seres humanos o secuestros. Este escenario se encuentra en las puertas de Europa tanto hacia el norte como hacia el sur y no todas las costas del África occidental están bien vigiladas. La cooperación de España con estos países no se debe limitar sólo a evitar la invasión de pateras sino también a tratar de prevenir el cáncer de la delincuencia organizada y del terrorismo.

- ¿Cómo analiza la actuación del Gobierno tras la indecisión inicial cuando irrumpieron los cayucos?

- La reacción del Gobierno fue tardía y creo que está exageradamente lento en las actuaciones, tarda años en darse cuenta de ciertos riesgos, los niega incluso. Yo voy con alguna frecuencia al norte de África y a la zona subsahariana y hay una confluencia de problemas que no estamos entendiendo porque no se trata sólo del terrorismo integrista, sino también del cambio climático que está provocando grandes movimientos de población del norte al sur, lo que está produciendo choques religiosos. La zona de influencia del yihadismo se está extendiendo cada vez más hacia el sur y hay países gravemente afectados por este tipo de terrorismo con costa en el Atlántico que están al alcance de Canarias.

- ¿Estamos suficientemente seguros en Canarias?

- Creo que tampoco hay que obsesionarse, porque por fin las autoridades se han dado cuenta de la seriedad de la situación y los canarios no deben salir por la mañana pensando que les puede pasar cualquier cosa. Más que como objetivo Canarias es lugar de paso o puerta de entrada porque los objetivos prioritarios de un terrorista son las capitales. No hay que bajar la guardia por eso, ya que el terrorismo golpea donde puede porque muchas veces no elige su objetivo ideal. Los canarios deben estar razonablemente tranquilos pero no se puede ni se debe ignorar el riesgo. No se trata de generar alarma entre la población sino de que haya un nivel suficiente de atención sobre esos riesgos potenciales porque es la obligación de los poderes públicos adoptar medidas preventivas eficaces. Uno de los cuatro focos mundiales del terrorismo yihadista es el Sahel y eso no lo digo sólo yo sino también los expertos.

- ¿Los terroristas siempre han utilizado la inmigración para intentar entrar en Europa?

- La inmigración en sí misma no es terrorismo porque el 99% son inmigrantes que vienen huyendo de la miseria y a mejorar sus condiciones de vida. Lo que sostengo es que la inmigración ilegal es un disfraz muy eficaz para esconder la posibilidad de hacer penetrar algunos elementos que pueden ser terroristas. Pero también es una buena forma para comprobar las rutas de entrada, la reacción de la policía, dónde tienen la vigilancia, cuál es el modus operandi de los servicios de salvamento y de las fuerzas de seguridad cuando llegan las pateras. Es una forma de estudiar el país muy eficaz para este tipo de grupos y el tiempo me ha dado la razón.

- ¿Cree que el Sahara Occidental corre riesgo de caer en manos de estos grupos?

- Se trata de una especulación un tanto compleja y hay que ser prudentes ante un tema tan complicado tras los últimos sucesos ocurridos en la zona. La falta de solución al conflicto y las tensas relaciones entre Rabat y Argel afectan gravemente a la eficacia en la lucha contra el terrorismo, por lo que habría que buscar los medios necesarios para que esta zona se estabilice.