México, Cuba, Brasil, República Dominicana, Nicaragua, Uruguay, Venezuela y Colombia, además de Cabo Verde y Senegal. Los agentes de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife creen que el ex alcalde Miguel Zerolo pudo invertir en todos esos países "siempre mediando testaferros", con dinero presuntamente ilícito procedente de "comisiones ilegales cobradas por asuntos como la compraventa de la playa de Las Teresitas, la compraventa de la empresa municipal de aguas Emmasa y otras de menor cantidad", según consta en un informe de los investigadores del caso Las Teresitas, cuyo sumario fue desclasificado el pasado viernes.

Concretamente, los agentes apuntan a lo largo de un documento de treinta folios que el exalcalde, colocando como principal testaferro al periodista e íntimo amigo suyo Jorge Bethencourt, pudo invertir en plantaciones de tabaco en Cuba, negocios hoteleros en Brasil, negocios inmobiliarios en la República Dominicana, Uruguay, Venezuela y Colombia, otros negocios inmobiliarios en Cabo Verde y en una planta de fabricación de biodiésel en Senegal, si bien pudieron constatar con posterioridad que esta última inversión no se llevó a efecto por los problemas que encontraron en las autoridades senegalesas.

Con las inversiones en México los investigadores hacen un punto y aparte, pues ademas de posibles movilizaciones de capital en la Riviera Maya y en Cozumel, a lo largo de todo el sumario judicial aparece señalada en rojo una promoción de viviendas en Baja California en la que estarían implicados Julio Bonis, Miguel Zerolo y Jorge Bethencourt, además de un sobrino del expresidente del Gobierno de Canarias Manuel Hermoso y un arquitecto vinculado al Plan General de Ordenación Urbana (PGO) de Santa Cruz de Tenerife, Juan Manuel Palerm Salazar. Esa promoción, denominada Azul de Cortés, llegó incluso a ser presentada en rueda de prensa junto a las autoridades mexicanas de la zona por Julio Bonis, al que la magistrada instructora del caso, Carla Bellini, llegó a tomar declaración sobre la procedencia de la inversión.

La policía ha documentado numerosos viajes de los implicados a México, hasta el punto de que tanto Bonis como Jorge Bethencourt llegaron a disponer de residencia en dicho país.