06:20 hora zulú para la llegada de los 150 primeros soldados de la Brigada Canarias XVI a casa desde Beirut, capital de Líbano, país en el que se encontraban inmersos en misión de paz. En la terminal de llegadas del Aeropuerto de Gando le esperan los familiares que han estado aguardando este momento desde que partieron al país asiático en mayo. El clima presente es de emoción infinita, mezclada con la ansiedad por ver los rostros de las personas de las que tuvieron que separarse. A las 06:50 traspasó la trinchera que marcaban las puertas de la cinta de equipaje el primer soldado del regimiento para recibir los aplausos de la familia militar canaria, que fueron acogiendo uno a uno la llegada de estos soldados de gofio.

Tras más de seis horas de vuelo entre el la ciudad de Beirut y el aeropuerto de Gando, los primeros 150 soldados de los 600 en total de los que conforman las Brigada Canarias XVI, pusieron 'pie en tierra' tras haber estado seis meses de misión en el país de Oriente Medio. El batallón, que se estrenaba en una tarea de la ONU, se estableció en la capital libanesa para inspeccionar las labores humanitarias y el cumplimento de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que puso fin al conflicto bélico que mantuvieron Líbano e Israel en 2006 y mantener así los acuerdos a los que se llegaron para repartir el territorio entre ambos países en torno a la 'Blue Line'.

Desde las 06:00 horas hacían guardia los familiares más intranquilos por la llegada de los soldados. Una angustia que se prolongó cincuenta minutos hasta que hizo aparición el primero soldado en el pasillo de llegadas del aeropuerto. Antes fueron recibidos por el Teniente General Jefe del Mando de Canarias, Pedro Galán García, que les dedicó unas palabras de acogida a modo privado. Uno tras otro, tras recoger sus mochilas militares 'Altus' en las que portan sus pertenencias, fueron desfilando para encontrarse con las lágrimas y abrazos de sus seres más queridos.

Abundaron los besos en las parejas más jóvenes. Y destacaron las sonrisas de los niños al ver a sus padres regresar sanos y salvos de una misión que fue en todo momento tranquila, y de la que no hubo que lamentar pérdidas ni daños en ninguno de los militares que conforman el batallón.

El regreso para los soldados supone la vuelta al día a día de sus labores en el cuartel, y que muchos de ellos ya tienen que hacer acto de presencia mañana. Aunque hoy, muchos de ellos tendrán la oportunidad de disfrutar de las cosas que han echado en falta este último medio año y que su familiares se han encargado de organizarles para que se sientan en su hogar. La misión continúa en casa.