Seguro que anoche a San Francisco de Asís se le puso el vello de punta cuando, en la iglesia que lleva su nombre junto a la alameda de Colón, en Las Palmas de Gran Canaria, comenzaron a sonar de manera magistral los primeros acordes del recién restaurado órgano, cuya puesta en marcha ha costado al Cabildo grancanario 198.000 euros.

Pero como dice la catedrática de Historia de la Música de la Universidad de La Laguna, Rosario Álvarez Martínez, no tiene precio volver a escuchar con nitidez "el sonido romántico" que el aparato mecánico, "un órgano muy especial", dice, regala a través de sus 14 registros y casi 600 tubos.

Con partituras de Litianes, Bach, Mendelssohn, César Franck y Reger se reinauguró así este lunes, oficialmente, la pieza, datada en 1921.

Fueron Andrea Kumpe y Christian Kohler los encargados de interpretar las obras pero, unos minutos antes, y ante una iglesia casi completamente llena con motivo del concierto, la propia Álvarez, además del párroco, José Luis Guerra de Armas, y Ernesto Martín, director insular de patrimonio, destacaron, respectivamente, la importancia de la parroquia de Triana en la ruta de los órganos grancanarios, y cómo se había llevado a cabo su puesta en marcha, así como los planes futuros para este tipo de intervenciones.

Gunnar Schmid, el maestro responsable de la restauración de esta pieza, fabricada en el taller del vasco Aquilino Amenzúa e influenciado por la técnica del famoso organero francés Aristide Cavaille-Col, estaba que no cabía en sí de júbilo. "Llevo dos días sin dormir, afinando", confesaba "agotado pero muy feliz", dijo, minutos antes de iniciarse el concierto, una delicia que se prolongó durante casi una hora y cautivó a todos los asistentes.

"Ha sido una experiencia maravillosa", calificaba, poco después de concluir, una de las asistentes, María del Carmen de León, quien asegura no haberse perdido "ninguno de los conciertos de los siete órganos restaurados en Gran Canaria".

"Quedan nueve más por restaurar", añade la experta Rosario Álvarez, "y cuando lo estén, la isla se convertirá en un pequeño museo de grandes órganos".