Desde hace cuatro días se han convertidos en los cubanos más famosos dentro y fuera de Cuba, de EEUU y de Gran Canaria, después de que LA PROVINCIA/DLP ofreciera en exclusiva el pasado lunes que cuatro jugadores cubanos 'plantaron' a la selección nacional de baloncesto. A lo largo de los días, una nube de periodistas ha intentado por todos los medios localizarlos para recoger sus impresiones. Hasta ahora no habían querido hablar, pero anoche este periódico logró dar con ellos en Vecindario, y accedieron amablemente a narrar su aventura y cómo han sido acogidos en la Isla.

Al principio, Taylor García Bustamante, Grismay Paumier Charon, Georvis Elías Sayus y Geofrey Silvestre Hernández se negaron rotundamente a ser entrevistados y fotografiados, ya que les preocupaba cualquier pregunta relacionada con el comunismo, los hermanos Fidel y Raúl Castro o la situación económica y social de Cuba. "Tienen que entender que nuestras familias están allá. No queremos que les pasen nada, ni que les lleguen informaciones negativas. Nosotros aquí estamos bien, aunque vivimos de prestado, de la ayuda de los hermanos cubanos residentes en Vecindario y los compatriotas del resto de Gran Canaria. También hemos contado con la solidaridad de los canarios, que no nos han abandonado", afirman los jugadores.

Sus marcados acentos, sus estaturas y su aparente normalidad no indican que estos jóvenes sean los deportistas que decidieron el pasado domingo fugarse del hotel de concentración del equipo de Cuba y no se presentaron el lunes por la mañana en el Aeropuerto de Gran Canaria, para emprender el regreso a su país tras su participación en dos partidos amistosos en la Isla.

Están felices de su 'hazaña', pero su mayor preocupación es conseguir jugar en un equipo de Canarias y trabajar para ayudar a sus familias en su isla. " Pedimos que nos ayuden antes del 1 de septiembre. Estamos aquí gracias a nuestros hermanos. Nos prestan la casa, nos dan de comer, nos dan la ropa, en definitiva, nos dan dinero, no nos dejan solos. La situación no es agradable, pero no nos arrepentimos de lo que hemos hecho. Unos ya veníamos con la idea en la cabeza y otros lo decidieron aquí. Pedimos que nos ayuden".

Anoche estaban cenando en el bar-restaurante Azúcar 57, propiedad de otro cubano, pero eran atendidos por Miguel Ángel Pérez. También estaban acompañados por Andy López y Carlos Manuel Capote, dueños de la barbería Andy's que les cortó el pelo por la mañana.