Jorge Luis Borges aseguró un día, con su habitual solemnidad, que "la derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce". La cita quedó para la historia y ahora, muchos años después, vale para hablar del Herbalife Gran Canaria. El pasado jueves, cuando la expedición del equipo claretiano abandonaba las instalaciones del Buesa Arena, en el grupo destacaban tres detalles: el dolor por perder en el último suspiro (57-56) de un partido que había tenido siempre bajo control, la honra por el trabajo bien hecho y el orgullo por jugar mejor al baloncesto que un rival tan grande como el Laboral Kutxa. En definitiva, el Granca rebosaba dignidad en medio de la derrota y Borges, una vez más, tenía razón.

Todos esos síntomas, probablemente, se convirtieron en una especie de fuerza centrífuga que 72 horas después, en el segundo partido de la serie de cuartos de final -dentro del Playoff por el título de la Liga Endesa- movió al Herbalife Gran Canaria para igualar la eliminatoria ante el Laboral Kutxa y trazó la senda a seguir en busca de la remontada. Para alejar la frustración de una derrota cruel en el primer envite, los técnicos y los jugadores del conjunto amarillo optaron por guardar en un cajón bajo llave los errores, los reproches y la frustración para centrarse en un solo objetivo: ganar, remontar y hacer historia.

Aquella dignidad, en definitiva, empujó al Granca a empatar la serie en el segundo envite cuando todo parecía perdido. Con todo en contra, el grupo de Pedro Martínez forzó la prórroga y selló el triunfo en el tiempo extra (83-78), pero pese a tanta gloria no fue capaz de saciar su ambición. Empeñado en agigantar su leyenda, tan testarudo en apariencia como su entrenador, el conjunto amarillo se plantó ayer en Vitoria con una certeza que, después de tres partidos disputados al límite, no tiene discusión: como equipo, ahora mismo, es un rato mejor que el Laboral Kutxa.

Entre el jueves y ayer, Herbalife Gran Canaria y Baskonia han disputado -con una prórroga de por medio- tres partidos. Y en algo más de dos horas de juego, el cuadro amarillo ha sido superior a su rival durante 124 minutos, 57 segundos y seis décimas. Sólo en el desenlace del primer encuentro, en el instante que Huertel -con su triple- convirtió en pesadilla, el Laboral Kutxa pudo quitarse de encima a un adversario que le ha dado una señora lección: de juego, compromiso, solidaridad, ambición, humildad y amor propio. Y así, por primera vez, tras diez apariciones en la fase final, la diferencia de presupuesto entre unos y otros ya no será la excusa recurrente de la directiva de turno para fijar los límites del Granca en los cuartos de final.

Ocho años después de su último triunfo en Vitoria ante el Baskonia, el Herbalife Gran Canaria ganó ayer en el Buesa Arena (66-72) al son impuesto por Tomás Bellas. En el éxito del conjunto claretiano sobre la pista todo empieza en el base madrileño, en el capitán, que ha controlado la serie como un titiritero. Fue Bellas el que manejó los hilos del Granca, el que marcó el ritmo para jugar y el que sacó de quicio a un Baskonia al borde del ataque de nervios por sus problemas internos.

Nadie, a treinta segundos para el final y con el Herbalife Gran Canaria ya lanzado hacia la gloria, hizo caso a Zan Tabak en el banquillo del Laboral Kutxa. Mientras el técnico croata daba instrucciones y marcaba la jugada en su pizarra, los jugadores estaban en el limbo. Mala señal para un gigante que ha alcanzado el tramo decisivo de la campaña devorado por sus propios demonios tras la destitución -el 18 de noviembre- de Dusko Ivanovic como entrenador del conjunto vasco, curiosamente el mismo castigo que en 2005 recibió Pedro Martínez durante su breve etapa como técnico del Baskonia.

Ocho años después, tras aquella ejecución pública de Josean Querejeta, Pedro Martínez anoche ajustó cuentas y se tomó la revancha. No nació en los Balcanes, no hizo carrera como jugador profesional y no tiene tanto tirón mediático como otros, pero nadie puede discutir que el entrenador barcelonés y su cuerpo técnico -Víctor García e Israel González- han sacado el máximo rendimiento a sus jugadores. Hoy por hoy, no hay en toda la Liga Endesa un equipo mejor trabajado que el Granca.