El empresario Germán Suárez, presidente de Astican (Astilleros Canarios SA), confirmó ayer que acudirá a Puertos del Estado para conseguir una prórroga hasta 2028 de la concesión del suelo que utiliza esta empresa en el puerto de La Luz. Suárez opta por esta vía, una vez que el Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria de Las Palmas le denegó la prórroga anteayer, atendiendo a un informa de la Abogacía del Estado que no la consideraba procedente.

Astican obtuvo su concesión en 1973, por un plazo de 50 años, por lo que ésta expira en 2023, pero los responsables de la empresa pretenden que la concesión se pueda prorrogar por cinco años, ampliación que vieron denegada el lunes. La opción que Suárez abraza ahora pasa por pedir la prórroga presentando a Astican como una inversión estratégica en el puerto de La Luz. Esta opción conlleva una serie de requisitos adicionales, entre ellos el plácet de Puertos del Estado, con el que después debe volver a solicitar a la Autoridad Portuaria que se le conceda la ansiada ampliación temporal.

El presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Javier Sánchez-Simón, ya anunciaba el lunes que la vía de la inversión estratégica tiene muchas posibilidades de prosperar por parte del organismo que él dirige, pero hay que tener en cuenta que ahora el escollo se sitúa para Astican en Puertos del Estado, que deberá darle luz verde a las pretensiones de la empresa de astilleros, que pretende permanecer hasta 2028 en el suelo del puerto de La Luz.

Germán Suárez no ha querido aclarar por qué presentaba tan pronto la petición de prórroga de la concesión, cuando aún quedan 14 años para que esta expire, pero hay que tener en cuenta que si la opción de acudir a Puertos del Estado se traduce en un nuevo revés, siempre le queda abierta la vía judicial. De hecho, contra la decisión emitida el pasado lunes por el consejo de administración de la Autoridad Portuaria, cabe recurso ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia. Esta última opción, la judicial, se puede dilatar por varios años, dada la lentitud con la que los tribunales están resolviendo los asuntos.