Entrevista | Marcia Díaz Portavoz de las Kellys de Gran Canaria

Marcia Díaz: «En otras regiones de Europa valoran a las ‘kellys’, aquí nos menosprecian»

La portavoz de las Kellys de Gran Canaria, Marcia Díaz (Santiago de Chile, 1966) participó este lunes en la jornada inaugural de Idearia 2024, el encuentro sobre Economía Social y Solidaria que este año aborda el trabajo digno. La camarera de piso defendió que las condiciones en el sector han empeorado como consecuencia de la llegada «masiva» de turistas y reclamó una valoración similar a la que se da en otros puntos de Europa

Participa en el foro Idearia 2024 que este año aborda el trabajo digno. ¿Las camareras de piso en Canarias cuentan con un trabajo digno?

La respuesta es un poco difícil. No podemos decir que sí porque ya hace bastante tiempo que la patronal y las leyes nos han dejado de amparar. Eso ha provocado una precarización y que se nos quiten muchos derechos. Desde el momento que firmas un contrato sabes que no se cumplen ciertas cosas que se deberían cumplir. Entonces, de dignidad, hay muy poquito.

¿La gente que entra sabe a lo que se enfrenta?

Desde la asociación tratamos de mantener informadas a las compañeras que van a firmar un contrato. Muchas nos llaman para preguntar si es legal o no. Es una manera de ir controlando a los hoteles que incumplen. Hay compañeras que nos cuentan que cuando les dan el visto bueno para entrar, las mandan a firmar el contrato a empresa de trabajo temporal. Por lo que se sigue externalizando el trabajo, incluso con la reforma laboral que fue un maquillaje. Nosotras les ofrecemos ayuda legal a las compañeras por si tienen que hacer alguna demanda, ya que muchas llevan años aceptando malos tratos. Humillaciones por parte de la gobernanta.

¿Diría que es el sector más castigado?

Sí, sí, es el más castigado y durante más tiempo. Cuando yo empecé en la hostelería hace 25 años el trabajo era muy duro. Pero ahora es dieciséis millones de veces más duro. Está relacionado con la cantidad de turistas que nos han puesto. Si antes trabajábamos con cinco millones y era duro, imagínate ahora que tenemos que atender a 16 millones. Por eso nos estamos enfermando, porque hay una explotación tremenda, y una disminución de derechos tremenda. Antes cogías una baja y no te despedían, y ahora sí. Lo denunciamos a cada momento y son despidos improcedentes, pero las compañeras están resentidas con la empresa y no vuelven a incorporarse a ese trabajo. Están cansadas, hartas del ninguneo, es bastante frustrante.

¿Qué reclaman desde la asociación?

Batallamos para que se reconozcan nuestras enfermedades profesionales. Con los movimientos rotativos todos los días nos jodemos el codo, nos jodemos el hombro. Antes hacíamos 23 baños y ahora hacemos 38 en un día y 40 camas. Hay compañeras que en los partes de trabajo tienen 70 camas. ¿Crees que un cuerpo lo puede soportar? Luchamos para que se reconozcan esas enfermedades como profesionales y poder coger las bajas por las mutuas. Y que también sea reconocido el trabajo de camarera de piso como un trabajo penoso, para así poder optar a una jubilación anticipada. Digamos a los 58 años. 

¿Las medidas puestas en marcha en los últimos años como la reforma laboral o la subida del SMI han tenido algún impacto en el sector?

No han tenido impacto en la hostelería en general. A las camareras y camareros de restaurantes les está pasando lo mismo y tienen una sobrecarga tremenda. Antes atendían 35 mesas, ahora son 60. Y ni siquiera se respeta la categoría profesional. A nosotras nos hacen el contrato de limpiadoras y somos camareras de piso porque así el empresario se ahorra casi 400 euros. 

En una entrevista reciente el presidente de la patronal turística, José María Mañaricua, defendió el sueldo actual de las camareras de piso. ¿Tienen las kellys un sueldo digno?

Este señor siempre sale con la misma historia. Él propone que deberíamos ganar lo mismo las limpiadoras y las camareras de piso. Nosotros, por convenio, tenemos otras responsabilidades, muchas más que las limpiadoras. Tenemos que trabajar con un parte de trabajo de obligado cumplimiento. No estamos conformes con los salarios. Ganas 1.200 euros y tienes que alquilar un piso que vale 800, es imposible. 

¿Las condiciones de las camareras de piso aquí son las peores de Europa?

Aquí es donde peor estamos. El otro día me hacían una entrevista en un medio alemán y me comentaban que los derechos que nosotras reclamamos se dan por hecho en Alemania. Allí se jubilan antes y tienen una calidad de vida tremenda. Están concienciados de que es un trabajo muy duro y esa conciencia no existe aquí. Tenemos compañeras que trabajan por temporadas. Mujeres migrantes que residen en otras regiones y vienen aquí algunos meses. Una que trabaja en Suiza afirma que es totalmente diferente. Que allí no llevan esa cantidad de habitaciones, que el trato es muy distinto. Allí se valora su trabajo, son parte estructural del hotel. Aquí no, aquí nos menosprecian. 

Participaron en las manifestaciones del 20-A. ¿Cree que la protesta tendrá algún impacto?

Esto es el comienzo, es el primer paso. No se va a quedar aquí. Me gustó mucho la actitud de la gente ese día en la manifestación, porque solidarizó mucho con la clase trabajadora. La clase trabajadora de la hostelería es una de las partes que estamos más perjudicadas con este tipo de turismo masivo. 

¿Sienten rechazo hacia el turismo?

Somos fóbicas al turista incívico que deja las habitaciones destrozadas. Pero no al turismo en general. Vivimos del turismo, pero yo siempre le repito a las compañeras que nosotras somos las que con nuestro trabajo favorecemos que el turista venga. Con la amabilidad y la buena calidad de atención.

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