La crisis sísmico-volcánica de El Hierro ha dado lugar a una erupción paralela, aunque de un carácter algo más explosivo en su categoría. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria dio ayer un golpe de intensidad media en la escala de Richter sobre la mesa. La sensación de olvido que ha envuelto a los científicos locales desde el inicio del fenómeno natural ha dado lugar a un ascenso de este magma que alcanzó ayer la superficie en forma de pequeño cono en un despacho.

El Rectorado de la ULPGC acogió ayer al mediodía una reunión de responsables de varios departamentos para hacer una puesta en común de los conocimientos que la Universidad puede ofrecer en este escenario y poner a disposición del Gobierno de Canarias y en concreto del comité científico creado por el ejecutivo de alrededor de treinta expertos capaces de aportar valoraciones e investigaciones de primer nivel.

El vulcanólogo Francisco Pérez Torrado, responsable del programa Geovol (Geología de Terrenos Volcánicos), fue uno de los asistentes a una cita en la que también participaron coordinadores de grupos de investigación de los departamentos de Biología, Oceanografía, Geología, del Centro de Biodiversidad y Gestión Ambiental o de Sanidad Animal junto al vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Fernando Real Valcárcel.

"Ha sido una tormenta de ideas para hacerle ver al Gobierno canario lo que podemos hacer en este contexto y ponerlo al servicio de la sociedad canaria", resumió Pérez Torrado en declaraciones a este diario al término del encuentro, previo a la reunión del comité científico prevista para el día de hoy y al que acudirá un representante del Rectorado para desplegar las habilidades de la ULPGC útiles para afrontar la situación que se vive en El Hierro.

El vicerrector de Investigación afirmó ayer que la cita no tenía el afán de calentar el ambiente de cara a la cita del comité científico ni de alimentar ningún tipo de polémica. No obstante, las críticas a título personal por parte de los científicos canarios han emergido en más de una ocasión en las últimas semanas. Ayer fue un buen ejemplo de ello.

El propio Pérez Torrado no comprende el vacío que han sufrido los investigadores de Canarias y expuso su caso personal. "Mi enfado es mío", puso por delante. "Yo tengo un proyecto de investigación sobre el volcanismo reciente en la isla de El Hierro pagado por el Gobierno de Canarias y el Gobierno de Canarias no me consulta. Que no lo haya hecho conmigo ni con ninguno de los miembros del equipo me resulta como mínimo curioso", dijo.

Otro vulcanólogo canario, Juan Carlos Carracedo, también se mostró severo en sus críticas. "Si se hubiera tenido una información correcta de la profundidad jamás se hubiera evacuado a la gente de La Restinga. Y eso es responsabilidad directa de los científicos relacionados con la vulcanología que han traído de Madrid y Barcelona y que no conocían ni siquiera El Hierro ni el tipo de vulcanismo, dejando al margen a gente de aquí con mayor experiencia.

Han creado una especie de coto cerrado y han dado lugar a todo este jaleo. Y no olvidemos", agregó, "que estos mismos son los que en 2004 generaron pánico y terror en Tenerife, aconsejando incluso la evacuación del Norte. Que los hayan puesto otra vez solo se explica por amiguismos y nepotismos. Se han dedicado a decir tonterías sobre una nueva isla o sobre si hay que preguntarle al volcán". Asegura que, en cambio, el seguimiento sísmico y oceanográfico ha sido adecuado.