Indignación. Este es el calificativo de la mayoría de los conductores majoreros con los controles de velocidad que viene estableciendo la Guardia Civil de Tráfico en las carreteras insulares. El rechazo social ha provocado que el Cabildo de Fuerteventura cuestione públicamente la proliferación de radares de Tráfico y considera que no se establecen para garantizar la seguridad de los conductores sino con fines recaudatorios.

Responsables de la Benemérita explicaron ayer a este diario que los controles en la carreteras majoreras responde a la misión de la Guardia Civil de velar por la seguridad vial y evitar accidentes. Según uno de los jefes consultados, la proliferación de accidentes, de infracciones y que se haya constatado un elevado número de conductores sin carné llevan a reforzar los controles de carretera.

De ahí que durante los últimos meses la Guardia Civil de Tráfico haya intensificado un controles de velocidad en todo el territorio majorero, como se constata a diario. Sin embargo, una de las cuestiones que más incomoda es cuando los vehículos del instituto armado invaden terrenos privados para ubicar el radar, cuando simulan una avería del coche policial e incluso sitúan el mismo en un aparcamiento de un taller para realizar los controles.

El Cabildo majorero anunció ayer que se dirigirá a los responsables en Canarias de la Guardia Civil de Tráfico ante la preocupación existente por la proliferación de radares de Tráfico móviles en las carreteras de la Isla y "cuyo objetivo final parece más relacionado con aspectos recaudatorios que preventivos". Desde la institución insular se asegura que vecinos de Morro Jable, Villaverde, El Roque, Tarajalejo, Tetir, Tuineje, Tenicosquey, Los Llanos, El Cotillo, Antigua y Los Estancos, entre otros, "vienen informando de cómo durante los últimos meses parece comenzar a aplicarse un nuevo criterio en la ubicación de estos sistemas de control de velocidad, en el que lo que prima es el control en tramos muy concretos, llegando incluso a ocultar vehículos con radares dentro de propiedades particulares".

En opinión del presidente de la institución insular, Mario Cabrera, "nadie discute que la prevención y la lucha contra los accidentes es una prioridad irrenunciable, de hecho las carreteras de Fuerteventura son un buen ejemplo de ello por la reducción de accidentes que hemos tenido desde hace cinco o seis años hasta ahora. Pero lo que no entendemos es cómo desde hace unos pocos meses para acá el criterio ha variado y más que en tramos de peligrosidad, lo que parece buscarse con la ubicación de los radares móviles es el efecto recaudatorio". " Martes 8.45. Renault Silo azul, a la salida de Clio en dirección a Puerto por las dunas, pasando los hoteles". Este es uno de los anuncios que recoge la página de Facebook ' Radares Fuerteventura' que a las pocas semanas de su creación ya tiene cerca de 800 miembros. Otra aplicación que se viene usando en la isla para avisar de la presencia de los radares en el Whatsapp.

El presidente insular, afirma, que "no sé si en otras islas estará pasando lo mismo, pero en Fuerteventura es una realidad constatable desde hace unos meses hasta ahora. Por eso vamos a solicitar una explicación a Tráfico, queremos saber qué criterios distintos han comenzado a aplicar desde hace poco en la Isla, cuál es el motivo y contrastar lo que se recaudaba antes con lo que se recauda ahora, porque de verdad que lo que nos trasladan los vecinos, si se confirma, es preocupante y apunta a un interés recaudatorio". Desde la Guardia Civil de Tráfico se explica que "no se denuncia por denunciar" a los conductores, se utilizan los medios, tanto las parejas de funcionarios, como los radades, "para hacer prevención, controlar vías públicas y evitar que se produzcan accidentes", indicaron.

FOTONOTICIA. Agentes ocultos. Tanto el Cabildo de Fuerteventura como una gran parte de la población insular denuncian que los vehículos radares de la Guardia Civil se colocan en zonas donde no son visibles para los conductores e incluso dentro de las propiedades privadas. En la foto, a la izquierda, uno de los radares escondido entre unos jardines en El Castillo.