Román Rodríguez, consejero de Vías y Obras del Cabildo de Gran Canaria, visitó ayer la reconstrucción del tramo de carretera que dejó de existir en los temporales de este invierno y que mantiene a Tejeda aislada del resto del mundo por el sur y buena parte de su propio municipio.

Estos trabajos, en los que la empresa contratada ha destacado una verdadera feria de maquinaria, permitirán el tránsito dentro de muy pocos días, pero han desalado a un sector del vecindario por la magnitud de los desmontes, el tamaño de las laderas y el volumen de cemento que ha desertizado el hasta ahora monte bajo y algún que otro mato de mayor porte.

Román Rodríguez ya antes de ponerse el casco observó desde el puente que salva el cauce del barranco de Tejeda los 12.000 metros cuadrados de talud, el movimiento de los 60.000 metros cúbicos de piedra meteorizada y cuando la vista se le perdía por encima de los 80 metros de altura de la pluma de una de las varias grúas certificó lo obvio: "El impacto es cierto. Está ahí". Coincide en esto con la alcaldesa de Tejeda, Encarna Domínguez, con la asociación Trasierra, con la diseñadora tejedense Siona García, que entre otros, han puesto el grito en la loma por el trabajo.

Rodríguez está dispuesto, dijo ayer, a modificar el proyecto una vez terminado. "Se ha hecho la cirugía curativa", explicó como médico que es, "y ahora queda la cirugía estética".

Por lo pronto se van a realizar unas pruebas de color, sobre un hormigón que no admite reforestación, y si no funciona el trampantojo seguirán operando hasta que el enfermo luzca sano.