Félix S. P., de 48 años, soltero, vecino de San Gregorio, en el municipio de Telde, fue hallado ayer sin vida por su hermana en la vivienda familiar. El domicilio, en el que vivía con su madre, había sufrido el día anterior un pequeño incendio. En un principio parecía que su muerte podría estar vinculada con el fuego en su habitación. Sin embargo, los investigadores han encontrado evidencias de que no fue una muerte natural o accidental. Varios pinchos de asadero aparecieron clavados en su cuerpo, indicaron en su familia.

El conato de un incendio se produjo sobre las 09.00 horas del lunes en el primer piso de un inmueble de cuatro plantas de la calle Alonso Rodríguez Palencia, sita en el barrio comercial de San Gregorio, en Telde. Los Bomberos del Consorcio de Gran Canaria, Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía intervinieron en el siniestro. Los agentes se aseguraron de que en la vivienda no había ningún afectado o víctima por las llamas. En un principio, así fue, no había nadie, ninguno de sus dos habituales inquilinos: ni Félix S. P. ni su madre, octogenaria, que lleva varios meses hospitalizada.

Sin embargo, las horas pasaban y algunos familiares desconocían el paradero de Félix. No tenía la costumbre de levantarse temprano. Tenía una complexión delgada y sufría una pequeña parálisis en un brazo y una pierna.

Pasadas las horas, una de sus hermanas decidió ir sobre las 17.00 horas de ayer a la casa de la madre. Ella buscó por toda la vivienda, con especial atención en la habitación del incendio, en la cama y se confirmó su terrible sospecha. Allí, bajo el edredón notó un pequeño bulto y descubrió a su hermano cadáver. No había sufrido quemaduras, pero tenía clavados varios hierros de cocina.

La consternación era evidente en la familia y los vecinos. Numerosos agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Científica iniciaron ayer la investigación para esclarecer lo ocurrido. La Policía Local también acudió al lugar.