Cuando se cumplen doce años del primer intento del Gobierno de Canarias y el Cabildo para aprobar la conocida variante de Bañaderos, el Tribunal Supremo continúa, sentencia tras sentencia, fulminando las sucesivas tentativas de la administración para llevarlo a cabo sin éxito.

Así, la sala tercera del Tribunal Supremo el pasado jueves día 13 comunicaba a las partes la ratificación de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que echa abajo el denominado Plan Territorial Especial de Carreteras del Norte, un planeamiento que, a su vez, nacía como tal tras fracasar un documento anterior redactado nada menos que el 28 de diciembre de 1999, declarado nulo en septiembre de 2003.

Este Plan Territorial hoy anulado, y que copiaba en un 70 por ciento el recorrido anterior también rechazado, abarcaba en un todo la carretera general del Norte, GC-2, desde la granja de Arucas hasta Guía, dividido en tres tramos.

Dos de ellos quedan afectados por la sentencia, que ahora deja sin soporte jurídico desde Arucas a las lindes de Guía. El Tribunal Supremo hace suyos, entre otros muchos, dos fundamentos principales enunciados anteriormente por el TSJC: la ausencia de un informe de impacto ambiental que avalara un trazado que en su paso por Bañaderos arrasaba por fincas de plataneras en explotación, y el hecho de que la propia administración insular y autónoma pretendieran dar validez a un plan territorial especial "anterior al Plan Insular de Ordenación de Gran Canaria", algo que para el TSJC "no resulta fácilmente explicable" y que se circunscribe a una cadena de reiterados intentos por ejecutarla, con un costo que los demandantes cifran en cientos de miles de euros.