La novilla Paloma llegaba puntual a su cita. Acompañada por su hijo, el ternero Palomo, venía a estrenarse en la tradicional ordeñada de la vaca que se celebra cada año en el barrio galdense de Barrial, con motivo del día grande de sus fiestas en honor a la Virgen, Nuestra Señora de los Desamparados.

Fue su dueño, Pedro Juan Ramírez, de la Montaña de Gáldar, quien se encargó ayer de extraer la leche que la res tenía almacenada en sus ubres. "Le habremos sacado unos nueve o diez litros. Trajimos también al hijo para que estuviera calmada, que es algo fundamental, porque si la vaca está estresada es más difícil ordeñarla", comentó.

José Rodríguez, de la asociación de vecinos Amagro, asegura que "este es un acto típico de las fiestas de Barrial. Lleva celebrándose desde hace más de veinte años". Eso sí, la novedad de esta edición fue que estuvo amenizado por la agrupación folclórica de La Tercera Edad de Gáldar y su cuerpo de baile.

Aunque todos los presentes que quisieron la probaron, los primeros en relamerse con la leche, a la que algunos añadían un poco de gofio, fueron las reinas y damas de honor de las fiestas, así como el concejal de Urbanismo del ayuntamiento de Gáldar, Heriberto Reyes, quien además se animó también a ordeñar a Paloma. "Esta es la segunda vez que lo hago, aunque el año pasado me costó un poco más. Me parece positivo que se conserven estas tradiciones", añadió Reyes.

Antes, desde las 12.00 horas, el barrio había vivido la función religiosa, seguida por la procesión. Además, a las 19.30 horas ya estaba todo preparado para que diera comienzo la batalla de flores. Por último, a las 21.15 horas se pudo disfrutar de una gala artística a cargo de Las Encantadoras.