La vaguada que desde la madrugada del viernes al sábado sacude Gran Canaria dejó ayer a un lado el espectáculo de la nieve, que dejó hasta 20 centímetros de espesor en la Cumbre, y cedió el protagonismo a las fuertes rachas de viento. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) tenía ayer decretado el aviso naranja por este fenómeno meteorológico adverso y sus pronósticos, nuevamente, se cumplieron.

La isla siguió empapándose, pero la nota más significativa fueron las rachas que llenaron el suelo de todo tipo de cosas: desde contenedores y ramas de árboles hasta vallas publicitarias, cascotes y una gran palmera de diez metros de alto ubicada en las intersecciones de las calles Doña Perfecta y Mariucha, en Escaleritas. Y es que la capital grancanaria se tambaleó ayer de lo lindo gracias a una sucesión de rachas que hicieron que los bomberos de Miller Bajo, Puerto y Cono Sur cubriesen 38 servicios en poco menos de doce horas.

En Vegueta, en Tamaraceite, en Pedro Hidalgo, Salto del Negro, Las Canteras y San Lorenzo. El listado de barrios afectados por pequeños sucesos fue amplísimo y también se expandió a localidades limítrofes, como Telde y la villa de Santa Brígida. El incidente más repetido: contenedores de basura fuera de su sitio y restos vegetales tapizando calles y calzadas.

La racha de viento más importante se registró en Tunte, con 100 kilómetros por hora a las siete y veinte de la mañana, pero en el borde costero también sufrieron una dura jornada. Baste como ejemplo los 84 kilómetros por hora que registró el anemómetro del Aeropuerto de Gran Canaria y los 79 que aguantaron en Agüimes.

Con todo, la actividad en los ocho aeródromos del archipiélago continuó con aparente normalidad, indicaron fuentes de AENA.

En la mar, el oleaje batió con fuerza la práctica totalidad del contorno insular. Volvió a cerrarse un carril de la Avenida Marítima durante varias horas, aunque los ferris operaron con normalidad. Salvo el que Naviera Armas tiene destinado a la línea Tenerife-El Hierro: Esedebió suspender sus salidas. En La Luz, cuatro cruceros se resguardaron ante la tempestad.

Escarcha y placas de hielo

La continuación de la perturbación atmosférica sobre el archipiélago, con unas calzadas repletas de escarcha y placas de hielo, obligó ayer al Cabildo y a la unidad de Tráfico de la Guardia Civil (eso en el caso de Gran Canaria), a mantener cerradas al tránsito de vehículos todas las carreteras que conducen directamente hasta Cruz de Tejeda, Los Llanos de La Pez y el Pico y Pozo de Las Nieves.

Las autoridades optaron por esta medida ante la pertinaz descarga de lluvia, granizo, nieve y aguanieve que se adueñó del paisaje situado por encima de los 1.300 metros de altitud a primeras horas del sábado. Llegar este domingo en coche hasta el corazón de Gran Canaria fue una auténtica misión imposible. Al menos hasta las 20.15 horas, que fue el momento en el que oficialmente se abrió de nuevo al tráfico la GC-15, la popular carretera del Centro, convertida a lo largo de todo el día en una especie de callejón sin salida.

Este férreo blindaje -desarrollado por agentes del Instituto Armado y una veintena de operarios del servicio insular de Mantenimiento de Carreteras- también alcanzó a la GC-130, vía que une Telde con Cazadores y La Caldera de Los Marteles, así como a la GC-70 (Moya-Fontanales) y la GC-60 (Ayacata). Hasta que no llegó la noche -y eso sí, con restricciones- la única forma de tocar algo de nieve era dejar el coche bien estacionado y adentrarse unos cuantos kilómetros a pie por las carreteras que se hallaban cerradas, como la de Cueva Grande.

Carreteras cortada

Las carreteras de acceso a la cumbre de Gran Canaria se mantienen todavía cerradas al tráfico a consecuencia de la nieve caída en la zona y la persistencia del fuerte viento según informa el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad regional 112. Entre estas figura, según han precisado desde el 112, la GC-15 en su conexión con la GC-150, en la zona de la Cruz de Tejeda, así como en su conexión con la GC-60, que conduce a Ayacata, con la GC-600, en el entorno de Cueva Grande, y con la GC-156.

Además, permanecen cortadas la GC-60 en sus conexiones con la GC-600 y con la GC-130, a la altura de la Caldera de los Marteles, la GC-21 en sentido de subida, la GC-70 en su confluencia con la GC-702, por el Cruce de Fontanales, y la GC-134 por la zona de Los Pechos.