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Medio Ambiente Nueva amenaza sobre el patrimonio natural

La plaga de la diocalandra dispara las alarmas en los palmerales de la Isla

Los expertos acusan al Cabildo del deterioro por ignorar las medidas urgentes acordadas desde 2014

Palmeras secas o desmochadas junto a la circunvalación de la capital. SANTI BLANCO

El deterioro de los palmerales de Gran Canaria y el avance de la plaga de la diocalandra han disparado las alarmas entre los botánicos y las organizaciones preocupadas por la conservación de la palma canaria, que siguen a la espera de que el Cabildo ponga en marcha las medidas propuestas desde el año 2014 por la comunidad científica.

La reciente desaparición de los dos ejemplares centenarios de Oramas, en el barrio capitalino del Risco de San Nicolás, unida a las denuncias por el abandono de los palmerales de El Lasso o La Sorrueda, ha agotado la paciencia de los expertos que reclaman desde hace años una actuación inmediata para frenar la expansión de la diocalandra frumenti, también conocida como picudín.

La situación de los palmerales llegará al próximo Pleno del Cabildo de Gran Canaria. El representante de CC en la corporación, Fernando Bañolas, presenta una moción en la que asegura que solo en el municipio de Las Palmas "desaparecen cada año una media de 150 ejemplares", por lo que solicita una intervención "urgente" para corregir el estado de abandono de los algunos palmerales.

Bañolas considera que los dos últimos gobiernos del Cabildo son responsables del deterioro de los palmerales y pone como ejemplo la situación del Parque Tony Gallardo, junto al Oasis de Maspalomas "Ya estamos hartos de oír al consejero de Medio Ambiente que la rehabilitación de ese parque va a iniciarse a la siguiente semana; lo lleva diciendo desde hace meses y allí no se ha hecho nada hasta ahora", apuntó.

Pedro Sosa, catedrático de Botánica de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, recordó ayer que en la Cumbre de la Palmera, organizada en junio de 2014 por el anterior gobierno insular de José Miguel Bravo de Laguna, los expertos entregaron al Cabildo un documento con las medidas que había que poner en marcha de forma inmediata para evitar la propagación de la diocalandra.

Descontrol

El pasado mes de mayo, en una reunión de científicos y técnicos europeos especializados en palmeras (Eunops), se insistió en la necesidad de actuar a corto plazo tras apreciar in situ los estragos del picudín en el palmeral de Fataga. Ahora, explicó Sosa, se ha comprobado que los ejemplares centenarios del Risco de San Nicolás también estaban afectados por la diocalandra, "pero nadie sabe cuál es el alcance de la plaga y hasta el momento no se ha hecho nada, el Cabildo no se ha puesto las pilas".

Una de las medidas más reclamadas por los expertos es eliminar los corredores de palmeras en las autopistas y autovías. "Eso es una locura, es como colocar un reguero de pólvora de una punta a otra de la isla" , sostuvo el catedrático de Botánica de la ULPGC, que en un artículo publicado el pasado lunes en este periódico ya advirtió que la extensión del insecto es "alarmante y muy grave". A su juicio, hay que ordenar ya al Servicio de Carreteras del Cabildo que elimine todas las palmeras que están afectadas por ese insecto.

Juan Manuel Brito, consejero insular de Medio Ambiente, admitió que no existen estudios ni datos fiables al cien por cien sobre la propagación de esta plaga entre los palmerales de la Isla y adelantó que en el Presupuesto del Cabildo para el año 2017 habrá una partida para crear una cuadrilla de trabajadores dedicada exclusivamente al mantenimiento de los palmerales.

"Se ha generado un nuevo problema, el de la diocalandra, y antes del verano ya mantuvimos una reunión, precisamente con Pedro Sosa, para conocer su opinión", comentó Brito, quien añadió que está pendiente un nuevo encuentro con los especialistas porque "la idea" del gobierno insular es retomar el informe que elaboró una comisión técnica en 2014.

"Vamos a volver a reunirnos con todas las personas y entidades que participaron en la comisión técnica para darle continuidad a esa estrategia; no sabemos por qué el gobierno anterior del Cabildo paralizó la propuesta y no la devolvió para su debate, porque pensamos que las conclusiones de ese informe son un buen punto de partida", resaltó Brito.

Preguntado por qué no se aplican directamente las propuestas elaboradas en 2014, el consejero de Medio Ambiente dijo que su departamento puede acometer algunas de esas medidas, como crear la cuadrilla de mantenimiento de los palmerales, pero que el éxito depende de más actores.

"Eso lo puede hacer el Cabildo, pero hay otras actuaciones que tienen que desarrollar los dueños de los palmerales, que tienen su responsabilidad, y también los ayuntamientos, que son los que tienen las competencias", recalcó Brito.

La moción de CC al próximo Pleno del Cabildo plantea un acuerdo de dos puntos. El primero, "que se estudie impulsar urgentemente todas las medidas necesarias con el fin de corregir el avanzado estado de abandono de los diferentes palmerales de Gran Canaria, especialmente el Parque Forestal de El Lasso, el palmeral silvestre de La Sorrueda y la Rehabilitación Paisajística y Arquitectónica del Parque Tony Gallardo."

El segundo punto propone "que se estudie impulsar todas aquellas medidas necesarias que velen por la supervivencia de la especie de manera coordinada con los diferentes ayuntamientos de la Isla y particulares con el fin de mejorar la gestión y conservación de los palmerales y palmeras de la Isla".

Entre otros argumentos, Bañolas considera que es necesario "atender especialmente lo que ocurre en el Parque Forestal de El Lasso, un palmeral que originariamente contó con más de 4.000 ejemplares, ideado por el naturalista Jaime O´Shanahan con el apoyo del propio Cabildo en 1984, y donde decenas de palmeras continúan muriendo anualmente ante la pasividad del gobierno insular, que desde el año 2010 interrumpió su riego abocándolas a una muerte segura, una negligencia que ha convertido el palmeral de El Lasso en un cementerio de palmeras".

A su juicio, "este abandono se repite en otros puntos de Gran Canaria, como por ejemplo el Parque Tony Gallardo, un recinto totalmente cerrado y en estado de avanzado abandono, a pesar de que el Cabildo viene anunciando el comienzo de actuaciones desde el año 2014". A pesar de tener ficha financiera de unos dos millones de euros desde el año 2015, ampliada en los presupuestos del año 2016, la Rehabilitación Paisajística y Arquitectónica del Parque Tony Gallardo "acumula casi dos años de retraso", denuncia Bañolas.

"Podríamos citar otros ejemplos", añade la moción de CC, "como el palmeral silvestre de La Sorrueda, que languidece entre el abandono y las plagas, y donde el Cabildo de Gran Canaria no actúa desde hace más de ocho años, según denunció el propio Ayuntamiento de Santa Lucía de Tirajana, o el lamentable estado de abandono en el que se encuentran las palmeras plantadas en algunos tramos de la autovía del Sur, GC-1."

Respecto al Parque Tony Gallardo, el consejero Juan Manuel Brito señaló que la empresa pública Tragsa ya ha empezado a trasladar los materiales para iniciar la obra esta semana. En la mañana de ayer ya había un tractor dentro del recinto, pero aún no se apreciaban movimientos de tierra.

El abandono de los palmerales también ha sido denunciado por la Plataforma en defensa del patrimonio natural de Las Palmas de Gran Canaria, que promueve un manifiesto en change.org para salvar las palmeras de la capital. "No comprendemos como en esta ciudad, cuyo nombre responde a su fundación junto a un palmeral, puedan hacerse todavía intervenciones poco afortunadas que afectan a una de sus mejores cualidades", señala el manifiesto.

Entre otras entidades y asociaciones, ya han firmado esta propuesta El Museo Canario, la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, el Centro UNESCO Gran Canaria, el Gabinete Literario, la Fundación Foresta, la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo o la federación ecologista Ben Magec.

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