La evolución de la delincuencia en Canarias parece estabilizarse con los años, tanto si se atiende a la estadística policial como a la elaborada por la Fiscalía General del Estado, pero ¿por qué la brecha delictiva se incrementa en la provincia de Las Palmas y no en la de Tenerife? La respuesta es compleja y sólo se explica con "variables económicas, sociales y culturales", según el fiscal superior de Canarias, Vicente Garrido.

Garrido presentó el pasado viernes, durante la apertura del año judicial, los datos más relevantes de la fiscalía canaria en materia penal respecto a 2008. Según esa estadística, en el Archipiélago se incoaron 13.299 procedimientos penales más que en 2007, lo que se traduce en un aumento del 5,19%. Una evolución similar a la de 2007 (5%) y a la de 2006 (6,39%), que en palabras del fiscal revelan el "mantenimiento de una tendencia alcista" en los índices de criminalidad isleños.

Además, dentro de esa dinámica, Las Palmas es la provincia que peor sale parada. El incremento de las causas penales en las islas orientales es del 8,55% frente al 0,60 de Tenerife. Un desequilibrio delictivo que está directamente relacionado con la explosión demográfica de Lanzarote y Fuerteventura. Unas islas que también han sido especialmente castigadas por la crisis económica, según explica el abogado José María Palomino, a la sazón profesor de Derecho Penal en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Palomino aclara que la mayor densidad demográfica implica un aumento de la conflictividad y, consecuentemente, de la criminalidad. Esa ecuación da una pista del origen del problema delictivo que arrastra Las Palmas, pues Fuerteventura ha tenido en la última década un incremento demográfico próximo al 100% y Lanzarote ha superado ese porcentaje, mientras que islas orientales como El Hierro y La Gomera siguen conservando su naturaleza eminentemente rural. Y es que los índices de delincuencia son más elevados en los núcleos urbanos y las ciudades turísticas.

Para ilustrar ese fenómeno, Palomino tira de estadísticas oficiales. En 2008, el 44,27% de los parados residía en Gran Canaria (90.000 personas), al tiempo que el desempleo aumentó en Fuerteventura un 38,35% y en Lanzarote un 64,05% (12.829), frente al 15,42% (209) de la Gomera. El profesor añade que, según el Istac, la tasa de paro actual es del 25,93%, próximo al 30%, una "cifra que algunos expertos vinculan con la conflictividad social".

Y esa, precisamente, es la tendencia que pone de manifiesto la memoria de la Fiscalía, pues casi la mitad de las diligencias incoadas (43,23%) se corresponden con robos, hurtos y robos con fuerza. La solución, para el abogado, pasa por exigir a "los poderes públicos que enmienden de inmediato" ese desequilibrio económico. En ese sentido, la celebración de juicios rápidos se ha duplicado, aunque muchos de ellos responden a delitos contra la seguridad en el tráfico por conducir sin carné.

El secretario del Juzgado de Instrucción 7 de la capital grancanaria, Miguel Ángel Tabladillo, admite que a la semana se suelen celebrar hasta ocho juicios por robos o hurtos, cuando en 2007 la media no pasaba de tres. El perfil del delincuente lo da un juez que prefiere mantenerse en el anonimato: se trata de jóvenes entre 16 y 24 años sin estudios y escasa escolarización, que han hecho de la calle su lugar de trabajo. El magistrado añade que los delitos contra el patrimonio están "ligados históricamente con el consumo de drogas, el paro y el aumento de la inmigración".

Con todo, la Delegación del Gobierno en Canarias sostiene que la tasa de criminalidad ha permanecido estable durante 2008 (47,4 delitos y faltas por 1.000 habitantes), incluso ha descendido un 1,4% en lo que va de 2009.