Los vecinos ya estaban resignados desde el lunes, cuando se les comunicó oficialmente que no había más alternativas, a perder un cacho de su nueva zona verde para edificar un centro de día para menores. Por eso, y tras mes y medio dando guerra, ayer se retiraron de manera ordenada y dejaron paso a los obreros y a la maquinaria de obra

Poco antes de las 8.30 de la mañana la excavadora arrancaba con su pala el primer trozo de tierra de la ladera del polígono Cruz de Piedra junto al colegio Néstor de la Torre. Acababa también de esta forma con la oposición vecinal que desde hace mes y medio ha impedido el comienzo de las obras del centro de atención diurna para menores en riesgo de exclusión, un local que ha mantenido enfrentados a los habitantes del vecino bloque 11 con las autoridades municipales, las mismas que ayer enviaron a más de 30 policías antidisturbios para vigilar a apenas 20 amas de casa.

"Esta era la crónica de una muerte anunciada porque el que tiene la sartén por el mango es el Ayuntamiento y ahí nosotros ya no podemos hacer nada". Domingo Perdomo reconocía ayer, resignado, que a él y a sus vecinos ya no les quedaban más cartas que jugar tras forzar con sus concentraciones a pie de obra la permanente suspensión de las obras desde principios de octubre para preservar la nueva zona verde. Ayer, y ante la imponente presencia de ocho furgones de antidisturbios y una treintena de agentes, los pocos vecinos que aún se concentraron ante el solar de la obra se retiraron sin oponer resistencia al llegar la excavadora que, por fin, pudo hincar la pala a la zona verde inaugurada por el alcalde Saavedra en junio.

Mientras la excavadora desmonta la ladera algún vecino grita a la policía y otros discuten entre sí. "¿Para que te quejas si aquí puedes traer a los chiquillos del barrio y no cómo ahora que hay que llevarlos a Guanarteme?", espeta una mujer a otra que grita: "¡Alcalde, dimisión!". A pesar del disgusto, aún queda un momento para la guasa. "El nuevo centro que hagan ya tiene nombre, se lo puso la concejala Inma Medina y se va a llamar 'Por mis cojones", ríe Pino Mentado en alusión a las palabras que supuestamente les dirigió la edila del distrito cuando les comunicó que el centro se haría a cualquier precio.